Guerra en Catatumbo | ¿Quién mató a Miguel Ángel López y a su familia, ELN o el frente 33 de las disidencias Farc? Habla la defensora Iris Marín

Iris Marín Ortíz, defensora del Pueblo, habló en El Debate, de SEMANA. Lo hizo para dar cuenta de la situación en el Catatumbo, en Norte de Santander, donde guerrilleros del ELN y de las disidencias de las Farc se enfrentan y dejan un saldo de muertos y desplazados que conmociona al país. Al momento, se da cuenta de alrededor de un centenar de personas fallecidas y cerca de 32.000 personas desplazadas, aunque la Defensoría del Pueblo advirtió que tener una cifra real consolidada es complejo.

De acuerdo con la defensora del Pueblo, “es una lástima” que la actuación del ELN termine por romper las posibilidades de paz y que esa guerrilla, que supuestamente perseguía fines políticos, se porte como un grupo “paramilitar”.

Marín Ortíz reiteró que ella le envió alertas tempranas al Ministerio del Interior, cartera con la competencia para recibir este tipo de avisos, pero “no pudimos constatar compromisos” más allá de una respuesta formal señalando que recibían dicha alerta.

Vea la entrevista completa con Iris Marín Ortíz, defensora del Pueblo:

En el marco de la entrevista, la defensora fue consultada respecto a las versiones según las cuales la guerra actual en el Catatumbo se detonó por cuenta del crimen de Miguel Ángel López y su familia.

Según Iris Marín Ortíz, el asesinato del señor Miguel Ángel López, junto a su esposa, Zulay Durán Pacheco, y su pequeño hijo, de nueve meses de nacido, es una de las tesis de la guerra entre el Frente 33 de las Farc y el ELN. Uno culpa al otro y este hecho, en una tensa disputa por control territorial, derivó en el cruce de fuego y sangre.

Miguel Ángel López, el funerario de Tibú, Norte de Santander, fue asesinado el pasado martes 14 de enero en la vía que conduce a Cúcuta, mientras iba en compañía de su esposa, Zulay Durán Pacheco, y sus dos hijos de 8 años y 9 meses de edad. Solo sobrevivió el mayor.

Una ráfaga de balas acabó con la vida de estas tres personas y desnudó ante el país la cruenta realidad que se está viviendo en esa región por estos días. Las primeras hipótesis apuntan a que fue el ELN el que disparó contra la familia; sin embargo, ese grupo dice que no fue el responsable, y que quienes desenfundaron los fusiles están del lado de las disidencias. Mientras hay ese ‘peloteo’ de responsabilidades —y las autoridades adelantan las investigaciones—, hay una única verdad: a Miguel y a su familia los mataron por su ejercicio comercial y su activismo social en favor de la comunidad. Su “pecado” fue intentar darles santa sepultura a los fallecidos en la zona, sin importar a favor de quién estaban.

De acuerdo con versiones recogidas por SEMANA en Tibú, la familia era víctima de constantes amenazas por recoger, arreglar y darles cristiana sepultura a hombres y mujeres asesinados en el marco de esa guerra. “Aquí hay zonas en las que solo entran las funerarias a recoger los cuerpos, nadie más va, ni las autoridades. Entonces, como ellos tenían acceso a esos territorios, se ganaban enemigos de ambos bandos, porque aquí no se puede recoger ni a los muertos”, dice un habitante de la zona.

Frente a este hecho, la defensora del pueblo señaló: “Era una persona que se encargaba de servicios funerarios que el Frente 33 de las disidencias de las Farc asoció con cierta anuencia del ELN. Ese es el señalamiento del Frente 33 y el ELN dice que fueron las disidencias”.

“Esto causa mucho dolor. La guerra es entre combatientes”, recordó la defensora del Pueblo al indicar que las normas internacionales dictan que la población civil no puede quedar en medio del conflicto. “Ellos dicen que dan muerte a gente que es de otro grupo, pero no están muriendo solo combatientes y en combate, están muriendo personas de la población civil estigmatizados. Ese es el contexto de esa masacre hasta que la justicia haga la investigación. No podemos definir objetivamente quién es el responsable de la masacre”, aseguró la defensora del Pueblo.

“Yo creo que lo que él estaba buscando era sacar a su familia a Cúcuta para evitar que fueran a atentar contra ellos, pero desafortunadamente no lo logró: en plena vía los atacaron sin contemplación. Ni siquiera los pararon y miraron quiénes iban dentro del vehículo. Nada, salvajemente les dispararon”, dijo una fuente consultada por este medio.

Antonio García, jefe guerrillero del ELN, dijo al respecto que ellos no fueron. “En ningún momento es política del ELN, así no compartamos esa decisión de las personas, la respetamos. Otra cosa es que algunos desmovilizados sean personas activas y en armas nuevamente, realizando actividades bajo un mando militar; de otro lado, el ELN no tiene dentro de sus prácticas y políticas actuar contra personas civiles”.

“La situación del Catatumbo enseña. Uno aprende también de los fracasos y allí hay un fracaso. Un fracaso de la Nación”, dijo el martes el presidente, Gustavo Petro, que ya el viernes había suspendido el diálogo con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Allí, guerrilleros del ELN se enfrentan a disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y atacan a la población civil en acciones que han provocado, solo en esa región, cerca de 100 personas muertas.