María Eugenia Saldarriaga: Un largo camino hacia la diversidad y la inclusión

Su vida profesional ha dado varios giros. Estudió Mercadeo y Publicidad en el Politécnico Grancolombiano, y su primer empleo fue como directora de Crédito Educativo de la Universidad Manuela Beltrán. En 2004 llegó a un operador logístico encargado de organizar los eventos para la Federación Nacional de Productores de Carbón. Le fue tan bien que, cuatro años después, los directivos del gremio le propusieron trabajar directamente con ellos.

En 2013, poco antes de cumplir 40 años, decidió cambiar de rumbo y se lanzó como independiente. Se enfocó en hacer informes de inteligencia sectorial, estudios de mercado y estrategias de relacionamiento comercial. Se tardó un año para conseguir el primer cliente, pero después de ese no pararon de llegar. Continuó con estas consultorías hasta la llegada de la pandemia.

En 2020 notó que las compañías se interesaban cada vez más por los temas de género, diversidad, inclusión y sostenibilidad, y dio otro golpe de timón: empezó a diseñar proyectos que abordaran esas preocupaciones, apalancados en la alianza que acababa de hacer con el medio digital Confidencial Noticias.

Ese trabajo le abrió un mundo nuevo. Comenzó a relacionarse con los especialistas en estos asuntos, como las directivas en Colombia del Women Economic Forum (WEF), una iniciativa global por la inclusión y el empoderamiento de las mujeres en la economía. Hace dos años la contactaron para que se uniera como aliada en medios de comunicación.

A comienzos de marzo apoyó la organización del evento anual, al que asistieron 1.245 personas, y fue elegida miembro del Consejo Directivo y Asesor de WEF Colombia. Hoy está convencida de que uno de los principales propósitos de su ejercicio profesional es apoyar a otras mujeres. “He visto que nuestra unión puede hacer que se reconozca a muchas que nunca han tenido visibilidad. Y hay mujeres con historias muy potentes para contar”, celebra.

Saldarriaga combina sus ocupaciones en WEF con sus proyectos de consultoría, y siempre aparta tiempo para las laborales sociales. En abril, por ejemplo, se reunió en Ciudad Bolívar con las trabajadoras de La Rolita, el operador de transporte público que rompe estereotipos de género poniendo a la mujer en un rol de liderazgo y empoderamiento. “Fui con una experta en neuropsicología y pedagogía para hablar de la educación de sus hijos y de la importancia del manejo de las emociones. Luego rifamos los regalos que una empresa donó. Procuro hacer algo así todos los meses. Mi gran motivación es mi familia”.