
Transformación social
Natalia León: ‘No se trata solo de filantropía’
Lleva dos décadas transformando realidades con su trabajo en organizaciones de impacto social. Ahora está concentrada en la integración laboral de las personas migrantes de Venezuela.
Esta cooperante internacional interpreta su vida como una búsqueda del balance perfecto entre su parte nómada y su raíz, y como una lucha por ganar espacios en sectores vedados para las mujeres. Esa es la motivación que impulsa su carrera, en la que ha acompañado a más de 50 organizaciones sociales, 12 gobiernos y 80 empresas en la titánica tarea de construir un mundo más justo.
Desde hace año y medio es la directora en Colombia de Tent Partnership for Refugees, una organización presente en 11 países que trabaja para insertar a migrantes y refugiados en el mercado laboral. “Tengo el reto de movilizar al sector privado y articularlo con los ámbitos social y gubernamental en Colombia, para mejorar las condiciones de vida de esta población”, explica.
Entre todas las causas que ha liderado, esta le resulta particularmente cercana. “Desde pequeña tuve conciencia del impacto del desarraigo y de la dificultad para integrarse que experimentan los migrantes. Por eso es tan importante para mí demostrar que no se trata solo de filantropía, sino del enorme potencial que estas personas representan para el crecimiento de la economía”.
Su inclinación a transformar realidades se manifestó por primera vez cuando estudiaba Educación en la Universidad Javeriana. En esa época se sumó como voluntaria a un proyecto que atendía a través del fútbol a las víctimas de desplazamiento forzado que, a causa del conflicto armado, llegaban por miles a Bogotá.
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Tras terminar en España una maestría en Políticas de Cooperación Internacional para el Desarrollo, se convirtió en la primera latinoamericana en asumir como secretaria regional de Common Goal, un movimiento solidario que ve el balompié como un motor de transformación social y económica.
Esa primera experiencia internacional se convirtió en el comienzo de un viaje que la ha llevado a 13 países. Ha sido promotora de programas de integración de migrantes en seis puntos fronterizos de Sur y Centroamérica, y vocera ante la ONU por el derecho al agua de las comunidades indígenas. De hecho, uno de los proyectos que más recuerda es el que lideró como CEO de WaterAid para ampliar el acceso al líquido en La Guajira.
Fue reconocida con la orden José María Córdova, en el grado de comendador, por su liderazgo en la integración de víctimas de minas antipersonal, y sus proyectos han recibido premios de organismos internacionales como el banco CAF. También ha sido speaker en foros de alto nivel y es la fundadora de la empresa de diseño interior Rayo y Roca.