Borja Castelar: “No necesitamos líderes perfectos, sino líderes humanos”

Presentar a Borja Castelar por sus títulos sería una contradicción a su discurso personal. Antes que sus estudios, hay que referirse a sus power skills o habilidades poderosas. En su perfil de LinkedIn se lee: “Futurista, apasionado por las transformaciones profundas, cambios de mentalidad e inspiración”. Es español, pero vive en Sao Paulo. La comunicación, a su juicio, es una de las habilidades más poderosas para escalar en el mundo laboral.

Es autor de los libros Potencia tu persuasión y Tu futuro trabajo. Fue galardonado como el mejor vendedor del mundo por LinkedIn, donde ejerció como director para Latinoamérica. Su rol le permitió conocer a fondo el mercado laboral y los talentos que se requieren para ser un profesional de impacto. Es por ello que se dedica a la formación a través de talleres y charlas por toda la región. Castelar visitó Bogotá para reunirse con las afiliadas del Círculo de Mujeres Semana-Dinero.

En este encuentro destacó cómo ha caducado el viejo paradigma laboral de que sumar títulos y formación académica eran esenciales para definir las posiciones de un profesional. “Pensábamos que por estudiar mucho merecíamos un mejor salario, pero eso está muriendo. Hoy, al mercado no le importa lo que has estudiado, sino el valor que entregas a través de tus habilidades”.

Hoy más que nunca, con la IA pisándoles los talones a los profesionales, se requiere fortalecer aquello que la tecnología aún no puede superar: lo que antes llamábamos ‘habilidades blandas’, que hoy son Power Skills: comunicación, escucha activa, curiosidad, storytelling, resiliencia, creatividad, etc.

“En ventas no hablo de mí, sino que hablo con el cliente, le hago preguntas. La clave está en el interés genuino por el otro, en saber escuchar y persuadir. Técnicamente puedes ser un 10, pero si comunicas como un 4, vivirás como un 4”, afirma sobre el principio que lo rige y que lo llevó a obtener el reconocimiento como el mejor vendedor del mundo.

La piedra angular para nutrir esas habilidades diferenciadoras es, según explica, el autoconocimiento. Y para ello, sugiere regresar a esas actividades creativas que se pierden cuando se queda atrás la infancia y que son trascendentales para el autodescubrimiento del ser y el estímulo de la curiosidad: “La pintura, el teatro, la música, la danza”.

Castelar es tajante cuando señala que “aún hay líderes muy fríos, que separan su rol profesional de su ser personal. Creen que mostrar vulnerabilidad es debilidad. Pero no saber algo, por ejemplo, y decir ‘no lo sé’ es el mayor acto de autenticidad”.

Por ello, recomienda mutar rápidamente a la figura de un líder que conecta con sus equipos de trabajo y sabe comunicar la propuesta de valor, más allá de las adquiridas en la academia: “No necesitamos líderes perfectos, necesitamos líderes humanos”, concluye.