Carolina Botero: “Innovar es hacer pequeños cambios con grandes resultados”

“Innovar es hacer pequeños cambios diarios con grandes resultados. Y no necesariamente en un laboratorio científico. La innovación es recursividad, practicidad y entender las crisis como oportunidades”. Así concibe esta pereirana, arraigada en Medellín, el eje de su quehacer profesional.

Desde 2023 es la presidenta local de Accenture, una empresa global que se vale de la tecnología para optimizar los procesos de las organizaciones en áreas como estrategia, consultoría y operaciones.

Llegar a esta compañía, primero como managing director, le demandó un proceso de aprendizaje y transformación. Durante más de dos décadas se había dedicado a las finanzas corporativas y la banca de inversión, por lo cual tuvo que exigirse para ponerse al día en su nuevo campo de acción. A su ingreso completó cursos de inteligencia artificial, nube, análisis de datos y computación cuántica, entre otros temas. Y menos de un año después repitió el proceso: “Cuando me nombraron presidenta, pedí a nuestra sede regional, en Argentina, que me diseñara un curso completo de entrenamiento –cuenta–. No quería volverme una experta en tecnología, sino estar preparada para sentarme con un cliente, hacer preguntas inteligentes y saber cómo ayudarlo”.

Sobre el propósito de la multinacional señala que su labor es clave en un momento en que la innovación tecnológica puede hacer la diferencia para una organización a la hora de dar “un salto cuántico” hacia Estados Unidos o cualquier mercado grande del continente, por ejemplo. “Colombia se enaltece en cada uno de esos pasos de crecimiento que acompañamos”, resalta.

Nació y creció en las montañas del Eje Cafetero, donde sus padres se dedican al agro. Estudió Administración de Empresas en el Cesa y tiene una maestría en Banca y Servicios Financieros de la Universidad de Reading (Icma Centre), en Inglaterra. Como experta en finanzas, ocupó cargos de alta dirección en la Fundación Clinton, en Estados Unidos, y en ISA.

Recurre cada vez más a la inteligencia artificial e invita a otros a hacerlo. Hace unos días, por ejemplo, su mamá, de 74 años, le pidió a Chat GPT que le hiciera un análisis comparativo de los presupuestos elaborados por la agrónoma de su finca. Y ella usa esta misma aplicación para que la asista en la relación con sus hijas, de 20 y 18 años: “A veces me llegan con una pregunta sofisticada y yo le pido a la IA que me diga cómo respondería si fuera la mamá de unas adolescentes”. De todos modos, con asesoría virtual o no, siempre habrá tiempo para una tarde de chicas con ellas, anota con una sonrisa.