Como mujer –y joven, tiene 32 años– que siempre ha liderado equipos, muchas veces interactúa con ejecutivos hombres mucho mayores.

María Camila Sánchez: “Liderar también es escuchar y dar espacio para crecer”

Su estilo combina disciplina con empatía y promueve una cultura organizacional donde el bienestar y la equidad de género son clave para el éxito.

Redacción Semana
20 de junio de 2025

Como mujer –y joven, tiene 32 años– que siempre ha liderado equipos, muchas veces interactúa con ejecutivos hombres mucho mayores. Y luego de esos encuentros es frecuente que se le acerquen mujeres de su entorno, de otras áreas y hasta de otras empresas, para preguntarle cómo logró llegar al lugar que ocupa y desenvolverse con tanta seguridad y confianza.

“Me sorprende que se sorprendan tanto –confiesa–. Veo que todavía pesan el techo de cristal, el síndrome del impostor y el miedo a la exposición. Las mujeres nos comparamos mucho, no nos sentimos suficientes. Entonces trato de empoderarlas, de mostrarles lo capaces que somos. Me gusta inspirarlas”.

No es gratuito que en su equipo haya paridad de género. Le apasiona motivar a las mujeres para que avancen sin temor, demuestren sus talentos y así lleguen a ocupar espacios directivos. “Siento que no nos forman desde pequeñas con seguridad, que no nos permitimos el error y aprender de él.

Hablo mucho con ellas sobre esto. Si hay problemas los miramos desde dos perspectivas: ¿Tiene solución? Si la respuesta es sí, ¿qué podemos hacer? Si es no, hay que saber soltarlo”.

Como gerente de Excelencia Comercial en la farmacéutica AstraZeneca debe responder por unas metas de ventas. Su filosofía al respecto es que si las personas están bien, los equipos funcionan y los números llegan solos. Por eso, ha desarrollado un estilo de liderazgo en el que escuchar es el verbo clave, más aún cuando los equipos de trabajo de las tres áreas que lidera impactan a más de 300 personas en cuatro países: Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú.

“Me gusta hacer feedbacks motivacionales: no regañar por no alcanzar la meta, por ejemplo, sino hablar con la persona sobre cómo está. El balance vida-trabajo es fundamental. Si una mamá o un papá no pueden ir a recoger las notas de su hijo, van a estar molestos y no van a conectar con el cliente, ya sea un médico o el representante de un hospital o una EPS”.

Eso no quiere decir que no sea exigente y organizada, o que no hable claro y con firmeza. Así lo ha hecho desde su primer cargo, en el laboratorio Abbott, como analista de ventas para América Latina y Canadá, y en la empresa de tecnología Controles Empresariales, como líder de Excelencia Comercial para Colombia y Perú.

Le gusta ver, estudiar y entender el comportamiento de las personas para llegar en forma más efectiva a ellas, sean clientes o colaboradores, por eso se ha enfocado en temas de coaching y liderazgo, sumados a sus magíster en Dirección Comercial y de Mercado, que hizo luego de graduarse en Administración de Empresas y Administración de Negocios Internacionales.

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