Mónica Londoño: transformar la sociedad empieza por transformar las organizaciones

“Para el talento no hay género ni condición. Con disciplina y oportunidades, en un entorno que la acompañe, una persona talentosa dará resultados”. Esta convicción define la apuesta vital de esta alta ejecutiva del Banco de Bogotá, una de las instituciones financieras más relevantes del país, donde lidera a más de 10.000 colaboradores, de los cuales unos 6.000 son mujeres.

Motivada por el sentido de justicia y equidad que ha tenido desde niña, se graduó como abogada y unos años después se especializó en Derecho Laboral. No obstante, su verdadera vocación la encontró en la gestión del talento humano, a la que ha dedicado toda su carrera.

Comenzó como jefa de Relaciones Laborales en Coca-Cola Femsa, donde gestionó varias negociaciones sindicales. Desde entonces trazó una trayectoria ascendente en empresas como Bavaria, Spectrum Brands y la Central Cervecera de Colombia.

Su paso por el competitivo sector del consumo masivo la preparó para enfrentar los desafíos del sistema financiero, donde sigue siendo fiel al principio de que la excelencia no riñe con la humanidad. Para ella, que se define como “cercana”, cada mejora en los indicadores de clima laboral y de desempeño tiene detrás una historia personal que la inspira.

“Creo profundamente que transformar una sociedad empieza por transformar las organizaciones desde adentro”. En ese sentido, una de sus principales apuestas ha sido la creación de escuelas de liderazgo.

“No podemos hacer que una organización cambie sin modificar la forma en que lideramos”, argumenta.

Están dirigidas a directores, vicepresidentes, gerentes regionales y otros cargos con personas bajo su mando.

Aunque muchos sabían ejecutar, necesitaban herramientas para inspirar a sus equipos. Así nació un modelo de leadership journeys. “Muchas de estas experiencias son replicadas por los líderes dentro de sus equipos, que se convierten en multiplicadores de una nueva forma de hacer empresa: más humana, más consciente y más conectada con el entorno”.

Así, día a día y colaborador por colaborador, lidera procesos que no solo elevan el desempeño de su empresa, sino que generan bienestar y, en últimas, transformación social.

“Uno de mis mayores orgullos ha sido contribuir a la creación de oportunidades reales para las mujeres en sectores históricamente masculinizados, como la industria cervecera. O promover un cambio cultural en el sistema financiero, donde el talento está en el centro de la estrategia.

Mi propósito ha sido siempre el mismo: generar impacto positivo y sostenible en los espacios donde operamos”.