
Equidad económica
Pilar Sanabria: para quien la educación financiera rompe ciclos de escasez
Con su enfoque social, emocional y creativo, busca derribar el tabú del dinero, romper ciclos de escasez y empoderar a mujeres y jóvenes para que tomen decisiones con libertad y confianza.
Creció en una familia en la que, aunque se compartía el mismo entorno, se vivían realidades económicas distintas. “Me pregunté por qué algunos gestionaban mejor el dinero que otros, y descubrí que esa pregunta resonaba en todo el país”, dice.
Estudió Administración de Empresas y en 2009, justo en medio de una crisis económica global, creó Inngenia Fundación, una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la inclusión y la equidad en el ámbito económico. Su objetivo es derribar el tabú alrededor del dinero y ofrecer herramientas para un despertar financiero. “No estamos condenados a la escasez”, subraya.
Con programas en los 32 departamentos de Colombia, la organización ha impactado a más de un millón de personas, según sus propios registros. El 83 por ciento de quienes participan incrementan su ahorro, el 45 por ciento inician una inversión y el 92 por ciento mejoran su salud mental, pues el estrés financiero tiene consecuencias psicológicas y emocionales.
Para Sanabria, los buenos negocios no son los que tienen solamente un sustento económico sólido, sino los que generan un valor real para los demás. “Un buen líder no solo inspira con su sueño, sino que ayuda a que otros construyan los suyos”, complementa.
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Es especialista en causas sociales de alto impacto y edutainment, metodología que combina educación y entretenimiento para facilitar el aprendizaje, y que aplica a su misión: “Las finanzas son parte de la vida y no tienen que ser aburridas”.
Su pasión por la lectura la ha llevado a escribir 26 libros. El último, La otra cara de la moneda: dinero, emociones y algo más, busca empoderar a mujeres y jóvenes para que reescriban su historia desde la abundancia.
Su meta es clara: ampliar el acceso a la educación financiera –que asume como un derecho básico–, de manera que el dinero sea una herramienta para tomar decisiones en libertad. “Nadie debería vivir sin entender que su futuro puede ser distinto”, repite como un mantra, convencida de que un conocimiento básico sobre la economía puede romper ciclos y abrir puertas.
Como emprendedora social, estructura su trabajo sobre tres pilares: visión transformadora, ejecución con impacto y capacidad de inspirar. “Veo oportunidades donde otros no”, afirma antes de subrayar que cada iniciativa debe ser medible para que genere un cambio real de comportamiento.
Su día comienza con meditación y lectura, seguidas de varias horas dedicadas a crear programas, conectar con aliados y consolidarse como speaker.
Se describe como una mujer soñadora, pero con los pies bien puestos sobre la realidad.