Más tarde, trabajó en un proyecto minero recién llegado a Colombia. Allí, desde su rol como analista, administraba los inventarios.

“Sí se puede crecer sin límites y sin miedo”: Lilian Pineda

Desde Montería hasta la gerencia general de un reconocido bufete, demuestra que la disciplina, la adaptabilidad y la valentía abren camino al éxito, inspirando a otros a superar sus propios retos.

Redacción Semana
27 de junio de 2025

“Desde muy joven confirmé que no hay límites cuando se trabaja con disciplina y compromiso” Confiesa sobre el reto de ser Directora Financiera del bufete De La Espriella Lawyers, a sus 25 años.

Pineda había dejado su natal Montería, para radicarse y estudiar en Bogotá. En la capital del país se graduó como ingeniera industrial, con un gran interés por el desarrollo de productos, y en ella forjó su camino familiar y profesional.

Su trayectoria inició en la empresa de software Itac. Luego pasó a Farmasanitas (hoy Cruz Verde), al área de aprovisionamiento, un trabajo muy demandante y de gran responsabilidad en el que debía encargarse de la correcta distribución de los medicamentos en los puntos asignados.

Más tarde, trabajó en un proyecto minero recién llegado a Colombia. Allí, desde su rol como analista, administraba los inventarios.

Sin embargo, su determinación y visión de crecimiento la llevarían al sector legal.

Justo en ese momento recibió la propuesta del reconocido abogado Abelardo De La Espriella. Al principio, rechazó la oferta: “Me daba miedo asumir una responsabilidad tan grande. Llevaba menos de un año casada, estaba en embarazo y apenas tenía tres años de experiencia, ninguna en finanzas”.

Al final, decidió aceptar. “Tú eres capaz”, le recordaba con frecuencia De La Espriella, quien poco a poco le fue asignando responsabilidades. “Al principio, todos los días eran un reto para mí”, recuerda.

Dos años después de asumir el cargo, ascendió a gerente general, cargo en el que lleva una década. La apuesta por el cambio que hizo en ese momento, su reinvención profesional y experiencia en el mundo del Derecho le han dejado varias lecciones. Por ejemplo, la importancia de rodearse de expertos en distintas áreas para que la guíen en temáticas puntuales. Allí también aprendió a liderar, dirigir y ser una guía para su equipo de trabajo. “A pesar de considerarme una persona sociable y empática, a veces el estrés me ganaba, por eso trataba de no perder el enfoque”, admite con su acento costeño.

Hoy, a sus 37 años, reconoce que la mujer se puede desempeñar desde diferentes roles: madre, esposa y profesional, y aunque sea muy demandante, es posible adaptarse con planeación y organización.

Es así como no deja de animar a sus empleados con las palabras que alguna vez la alentaron a ella cuando decidió salir de su zona de confort: “Sí se puede”.

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