BIODIVERSIDAD
Orquídeas: tres nuevas especies fueron descubiertas para la ciencia en Colombia
Las plantas fueron registradas en los Parques Nacionales Naturales Munchique y Farallones de Cali, en el Pacífico colombiano.
Colombia continúa consolidándose como el país con mayor número de especies de orquídeas. Los registros indican que en el país hay más de 3.180 especies de estas plantas, y ahora en los Parques Nacionales Naturales Munchique y Farallones de Cali fueron descubiertas tres nuevas especies para la ciencia del género Epidendrum: la Epidendrum acuminatisepalum, en Munchique y en Farallones de Cali la Epidendrum aurimurinus y la Epidendrum medusichilum.
Se trata de un género que crece sobre los tallos de los árboles y se distribuye desde Estados Unidos hasta Argentina y Bolivia, así como en las islas del Caribe. Cuenta con unas 1.630 especies, de las cuales aproximadamente 512 se encuentran en el territorio nacional.
El biólogo Robinson Galindo Tarazona, director Territorial Pacífico de Parques Nacionales, en asocio con Eric Hágsater e Elizabeth Santiago del Herbario de la Asociación Mexicana de Orquideología, fueron los encargados de reportar recientemente la buena noticia para la biodiversidad colombiana.
La Orquídea Epidendrum acuminatisepalum fue descubierta en el Parque Munchique, en el sector de la Romelia, municipio de El Tambo, en el departamento del Cauca, en una visita de campo. Este sitio se encuentra en una zona altoandina sobre los 2.750 metros sobre el nivel del mar. Su nombre se debe a que los sépalos son agudos en sus partes terminales.
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En Farallones de Cali
Por su parte, la orquídea Epidendrum aurimurinus fue registrada en el Parque Farallones de Cali, en las minas del Socorro sobre los 3.200 metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Cali. El hallazgo se dio en medio de un recorrido de control efectuado por el personal del Parque con el apoyo del Batallón de Alta Montaña.
De acuerdo con información entregada por Parques Nacionales, este sector posee un valor significativo por tener ecosistema de páramo, pero a su vez, una amenaza permanente por la extracción ilegal de oro; sin embargo, este tipo de hallazgos resalta la labor que desempeñan los guardaparques de esta área protegida. El nombre de esta especie se debe a que una parte de la flor parece a las orejas de un ratón.
Por otro lado, la orquídea Epidendrum medusichilum fue descubierta en el sector del kilómetro 56 del Parque Farallones, municipio de Dagua, en el Valle y su nombre se debe a que el labio parece una medusa en forma invertida.
Gran capacidad de adaptación
Cabe mencionar que las Orquídeas corresponden a una de las familias más diversas y evolucionadas de las plantas con flores, su capacidad de adaptación le ha permitido existir en casi todo tipo de ecosistemas, son indicadoras del buen estado de salud de los bosques. La mayoría de las especies tienen polinizadores específicos por lo cual se requiere mantener sus hábitats conservados, la mayoría requieren sitios húmedos para su permanencia, tienen importancia económica especialmente las de flores grandes como las Cattleya, Gongora entre otras.
Es de resaltar que, este tipo de aporte a la biodiversidad en los Parques Nacionales Naturales, permite evidenciar la necesidad de continuar protegiéndolos, de seguir ayudando a su preservación y conservación para las generaciones futuras.
Estas especies se publicaron en The Genus Epidendrum part 14 fascicle 18(1), Icones Orchidacearum “Species new* & Old in Epidendrum, medio reconocido a nivel mundial para este el género en mención.
Hace apenas unos seis meses, se anunció el registro de otras dos especies también en un área protegida. Esta vez fue en el Parque Nacional Natural Puracé, área conformada por 83.000 hectáreas en los departamentos de Cauca y Huila. Allí fueron identificadas dos nuevas especies para la ciencia, hallazgo publicado en la revista indexada de la Universidad de Costa Rica.
Se trató de Lepanthes jucas y Lepanthes kokonuko, orquídeas que habitan en el corazón del macizo colombiano, donde nacen los ríos Magdalena, Cauca, Patía y Caquetá. Sus nombres científicos rinden homenaje al pueblo indígena kokonuko, protector de las selvas altoandinas y de los páramos en donde inicia su recorrido el gran río Cauca.