RÍO BOGOTÁ
La importancia de las mesas de trabajo para la descontaminación del río Bogotá
Diversos sectores de Tocancipá participan en la mesa de trabajo de la quebrada La Chucua, un plan piloto para descontaminar este cuerpo de agua que ya tiene eco en otros municipios, y demuestra la importancia de unir esfuerzos voluntariamente para proteger la cuenca del Bogotá.
Descontaminar el afluente más importante del centro del país requiere de la ayuda y disposición de todos los sectores que confluyen en su cuenca.
Las mesas de trabajo, por ejemplo, son espacios que reúnen a representantes de diferentes ámbitos para llegar a convenios y solucionar diversas problemáticas. El municipio de Tocancipá, ubicado en la cuenca alta del río Bogotá, ha demostrado la eficacia de estos ejercicios. Allí descontaminar la quebrada La Chucua fue la tarea que sentó en un mismo lugar a industriales, Alcaldía, autoridad ambiental y sociedad civil de ese municipio.
Al estar ubicado en una zona industrial, este cuerpo de agua recibe constantemente aguas residuales y vertimientos provenientes de algunas empresas que no cumplen con los parámetros ambientales o tienen conexiones erradas. Esta situación llevó al ingeniero Pablo Carrizosa, presidente de la Asociación de Usuarios del Río Bogotá (Asurío) y miembro del comité de verificación de la sentencia de este afluente, a liderar la mesa de trabajo por La Chucua para lograr su recuperación.
“Si en el pasado por algún tema accidental hubo un vertimiento inadecuado, hoy el compromiso desde Asienorte y sus empresas, afiliadas o no, es resarcir cualquier daño causado y crear una conciencia ambiental sostenible que contribuya a la preservación del río Bogotá y su cuenca”, dijo Luis Gabriel Fonseca, presidente de la Asociación de Industriales y Empresarios de la Sabana Norte (Asienorte).
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Este trabajo, entre otras cosas, ayudará a disminuir los niveles de contaminación del río Bogotá, pues allí desemboca La Chucua. Asimismo, mejorará la calidad del recurso a la altura de las compuertas de Tibitoc, la planta que potabiliza el agua para abastecer a cerca del 30 por ciento de los habitantes de la capital, Sopó, Cajicá, Gachancipá, Tocancipá y Chía.
Desde mayo de este año, alrededor de 30 personas se reúnen periódicamente, de forma virtual o presencial, para ejecutar la hoja de ruta establecida y evaluar cómo van las acciones implementadas, como recorridos, limpiezas, obtención de muestras, siembras y revisión de conexiones. También han efectuado ejercicios de benchmarking entre las empresas participantes, como Coca-Cola, Toptex y Bavaria, entre otras, para compartir las buenas prácticas ambientales. Incluso firmaron el pacto por La Chucua, un documento que materializa el compromiso de todos.
“En Coca-Cola Femsa estamos convencidos del impacto que tienen los esfuerzos conjuntos para la protección del medioambiente. Sumando voluntades con el municipio de Tocancipá y las empresas presentes en la zona, trabajamos articuladamente para recuperar de manera exitosa la quebrada La Chucua”, dijo Johana Cerpa, directora legal y de asuntos corporativos de Coca-Cola Femsa. La voluntariedad, según Carrizosa, es el factor diferenciador de este ejercicio y una de las claves para su éxito. “La participación de los actores es voluntaria, sin presiones ni sanciones, y hemos visto que así sí funciona”, dijo el presidente de Asurío.
Los resultados son evidentes en el estado de la quebrada. Sin embargo, aún trabajan para encontrar la fuente real de contaminación con el fin de solucionarla. “Vemos un cuerpo de agua recuperado. La comunidad empieza a reconocer la quebrada como parte importante de nuestra estructura ecológica, y comprende la necesidad de tener las fuentes hídricas en buen estado”, anotó Wilson Infante, secretario de Ambiente de Tocancipá.
Los resultados de este ejercicio han rebotado en otros municipios de Cundinamarca. Es por eso que Asurío se ha acercado a las administraciones y al sector privado de Cota, Funza, Guasca, El Colegio y Girardot para compartir la experiencia.
Según Carrizosa, en Cota están muy entusiasmados y ya han tenido reuniones para llevar a cabo un ejercicio similar al de Tocancipá. “Varias construcciones no cumplen con las normas ambientales. Es importante trabajar en el control urbanístico, en un plan maestro de acueducto y alcantarillado, y en los pozos profundos para abastecimiento de agua”, dijo el ingeniero. Asimismo, en Funza tienen previsto reunirse con diferentes actores para hablar sobre el manejo de los humedales.
En El Colegio, por su lado, llevaron a cabo una reunión con grupos económicos del municipio, así como en Guasca, donde reunieron al Ministerio de Ambiente, Corpoguavio y la administración local a fin de revisar temas como el pago por servicios ambientales, reforestación y agricultura sostenible. Y en Girardot, municipio donde desemboca el río Bogotá, también tienen previstas reuniones con grupos económicos para apostarle al turismo, una de sus banderas, para hacerlo de cara al afluente.