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Río Bogotá: ¿Cuál es el origen de su contaminación?
El estado actual de este importante afluente se debe a décadas de mal manejo de ambiental.
El río Bogotá es vital para el centro de Colombia, con cerca del 32% del Producto Interno Bruto (PIB) del país pasando por sus aguas. Sin embargo, lo anterior es opacado por la constante contaminación que esta fuente hídrica es obligada a soportar. Eso lleva a preguntar: ¿Cuál es el origen de esta contaminación?
A cuatro horas de la capital, a 3.500 metros, se encuentra el Páramo de Guacheneque, cuerpo de agua donde nace el río Bogotá. De ahí, en la llamada cuenca alta, solo hay 11 kilómetros de aguas cristalinas en 170 km, para luego recibir las descargas contaminantes de cerca de 120 curtiembres en los municipios Villapinzón y Chocontá.
Del total de estas industrias, únicamente 22 cuentan con Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) propias y 25 están en proceso trámite. Sumado a esto, Villapinzón no cuenta con una planta para descontaminar las aguas residuales generadas por sus más de 21.000 habitantes, descargas que van a parar al río que alguna fue venerado por la tribu indígena de los muiscas.
Cuenca media: un duro golpe al río
El río Bogotá atraviesa 47 municipios de Cundinamarca y su cuenca hidrográfica atraviesa a cerca 10 de millones de habitantes. Precisamente, uno de los puntos inflexión es Bogotá y Soacha, los cuales pertenecen a los 90 km de la cuenca media de esta afluente. Es en la capital y sus alrededores que cerca de 690 toneladas diarias de carga contaminante, una combinación que nace entre aguas residuales, basuras y desperdicios industriales llegan a este importante afluente.
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El estado crítico del río llevó a la sentencia del río Bogotá, emitida por el Consejo de Estado en 2014, la cual ordenó la restauración de las zonas de la ronda del afluente. “Zonas de páramo, bosques de niebla, áreas de influencia de nacimientos acuíferos y de estrellas fluviales, deberán ser adquiridos o protegidos con carácter prioritario por las autoridades ambientales, entidades territoriales y entidades administrativas de la jurisdicción correspondiente…”, cita el documento judicial.
Esto obligó a crear una serie de medidas para solventar la situación ambiental del río Bogotá. Desde el establecimiento de campañas para ciudadanos, hasta los megaproyectos de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Canoas y Salitre, este último ya siendo una realidad al ser completado a un 95% y que busca, para el 2022, limpiar el 30% de las aguas de este afluente.
Salvar al río Bogotá: tarea de todos
En mayo 2021, durante el lanzamiento de la marca ‘Ríos de Bogotá’, Cristiana Arango, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), comentó que “es en las manos de todos los ciudadanos donde está la posibilidad de cambiar la historia y que los ríos de Bogotá fluyan limpios”.
La EAAB confirmó que anualmente se retiran del sistema de alcantarillado, humedales y canales cerca de 160 mil toneladas de basura, es decir, 450 toneladas al día, lo cual equivale a que diariamente se tiren 412 carros al río Bogotá. Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la contaminación llevó a que el 70 % del afluente en la cuenca media a presentar una calidad hídrica catalogada como mala.
Desde lo institucional, la sentencia de estado de 2014 obligó a crear “un esquema de tratamiento para la descontaminación del río Bogotá en la cuenca media constituido por dos plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR)”. Una de ellas es la PTAR Salitre, ubicada en el noroccidente de la ciudad, entre las localidades de Suba y Engativá, y la otra es Canoas, aguas abajo de la desembocadura del río Tunjuelo, y la cual se espera que inicie su construcción en 2022.
Pero el esfuerzo de salvar al río no debe nacer necesariamente de iniciativas gubernamentales. Oenegés han incentivado la protección ambiental. Además, diversas acciones cotidianas pueden ayudar a recuperar el río, desde la separación de residuos según su clasificación, reutilizar elementos y evitar plásticos de un solo uso, no botar residuos sólidos hacia el desagüe, entre otros son clave para esta importante tarea.