Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento.
Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento. | Foto: Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento.

Entrevista

“Propusimos un festival que muestra la transformación digital que estamos viviendo”: Octavio Arbeláez

Hoy comienza la 52 edición del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Arcadia habló con su director, Octavio Arbeláez, sobre este evento y su historia, el futuro del teatro, el difícil momento que atraviesa el sector cultura, y cómo podría superarse.

Cristina Esguerra
6 de octubre de 2020

Octavio Arbeláez lleva prácticamente toda su vida trabajando por la cultura. Comenzó cuando tenía 15 años, y estudiaba derecho y filosofía en la Universidad de Caldas. “Había efervescencia en esa época,” dice. “Yo estuve en algunos grupos de teatro, pero rápidamente me dediqué a la gestión cultural porque lo hacía mucho mejor ahí que sobre el escenario.”

Lleva 45 años trabajando como curador y gestor cultural en Colombia y en distintos países iberoamericanos, entre ellos, México, Brasil, Argentina y actualmente España.

Ha sido decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Caldas; director del Festival Internacional de Teatro de Manizales; director de Artes del Ministerio de Cultura de Colombia, y consultor del PNUD en el área de cultura y nuevas tecnologías.

Participó en la creación y gestión de la Red de Promotores Culturales de Latinoamérica y el Caribe, LA RED; en la Asociación para el Desarrollo de la Industria de la Música Iberoamericana, ADIMI; en el Mercado Cultural de Salvador Bahía en Brasil, y en el Mercado Cultural de Bogotá, entre otros.

Para él, trabajar por el arte y la cultura es inyectarles energía a las personas, y abrir espacios innovadores en los que los asistentes comparten una experiencia estética que los acerca. “Es un acto colectivo. Esa es la magia de las artes.”

Por eso, cuando un periodista le preguntó si se consideraba un Quijote le dijo que no. “Todo lo contrario, me considero un molino de viento. La cultura mueve el mundo,” dice Arbeláez.

Festival Internacional de Teatro de Manizales
Festival Internacional de Teatro de Manizales | Foto: Festival Internacional de Teatro de Manizales


Su historia con el Festival Internacional de Teatro de Manizales comienza en 1983. En ese entonces el festival estaba en pausa, y los manizalitas querían revivirlo. Consiguió apoyo nacional y local, y en 1984 volvió a ponerlo en marcha.

El evento ha ido evolucionando con el teatro latinoamericano. Siente sus crisis, su pensamiento crítico, su vida y su latir. “Ha sido testigo de su tiempo,” dice Arbeláez. “Cuando Latinoamérica estaba prácticamente infestada de dictaduras, y Colombia era un espacio de libertad, las compañías de teatro se daban cita aquí y expresaban sus críticas y sus perspectivas políticas y sociales. Luego fue evolucionando hacia un teatro profesional. Ahora el festival trata de elaborar criterios curatoriales para cada edición, y, sobre todo, de identificar y descubrir los nuevos nombres de la dramaturgia. Las apuestas son más arriesgadas; buscamos buenos proyectos emergentes en el continente.”

Esta edición es transmedia. “Encontramos personas que estuvieran apropiándose de las herramientas digitales de manera creativa, y haciendo dramaturgias no convencionales. Se hace teatro por Whatsapp, o saltando de plataforma en plataforma: comienza uno oyendo canciones en Spotify y termina en Instagram o en Facebook.”

“Buscando y estudiando estas experiencias, logramos proponer un festival que muestra toda esta transformación digital,” dice.

“Este es el momento de pensar cómo podría ser el futuro del teatro. Cómo podría convivir lo real con lo digital; cómo vamos a comunicarnos con las nuevas audiencias, porque ahora el impacto es mundial. Al festival, por ejemplo, ya se han inscrito 10.000 personas de 20 países distintos. Algunos de ellos incluso de África, cosa que no esperábamos.”

Festival Internacional de Teatro de Manizales
Festival Internacional de Teatro de Manizales | Foto: Festival Internacional de Teatro de Manizales


En el evento participan 60 compañías de teatro de 16 países iberoamericanos. “Viene Gabriel Calderón que es un dramaturgo uruguayo a quien admiro y destaco mucho. Su obra causó sensación en el cono sur. También va a estar Valentina Sierra de México, Mario Vega de España, y, de Colombia, José Hugo Marín y Fabio Rubiano, entre otros.”

Las temáticas de las obras varían. “Se habla de la vida en confinamiento, pero también de universales categóricos como la muerte y el amor. Un grupo brasileño tiene una obra sobre las relaciones a través de redes sociales.”

Para Arbeláez, a pesar del confinamiento y de las restricciones de bioseguridad, el festival tenía que encontrar la manera de seguir siento. Así logra poner su granito de arena para apoyar al sector cultura a sobrellevar la crisis. “Nosotros teníamos que seguir siendo una caja de resonancia, un espacio que genera ilusión y visibilidad, y una perspectiva de ingreso para los artistas. En este momento tenemos confirmados 35 invitados de distintos países, que van a ver las obras del festival, y probablemente a comprarlas.”

Afiche 52 edición del Festival Internacional de Teatro de Manizales
Afiche 52 edición del Festival Internacional de Teatro de Manizales | Foto: Afiche 52 edición del Festival Internacional de Teatro de Manizales


“En este momento lo más importante es ver cómo mantenemos vivo el ecosistema de la cultura. Me parece que los gobiernos de los países latinoamericanos han invertido recursos, equivocadamente, en la supervivencia inmediata de los artistas, pero no le han inyectado dinero al ecosistema del sector cultura, y está debilitado.”

“Yo creo que eso se puede lograr con desgravaciones, con una moratoria general de impuestos, tanto nacionales como regionales y locales -porque no tenemos como pagarlos-, y con un sistema serio de subvenciones al sector.”

“En el campo de la música, por ejemplo -en el que también trabajo-, hay el problema de las emisoras nacionales ponen éxitos gringos, y no promocionan la música colombiana. Por qué no, en momentos como estos, apostarle a reproducir nuestra música en nuestras emisoras, pensando en que se pagan derechos y de autor y de reproducción. Y lo mismo ocurre en la televisión.”

Para él, la clave es mirar la cultura como un ecosistema. “Es pensar en el entramado de cosas que permiten a los artistas crear y vivir de sus creaciones, en vez de verlo solamente como un sistema de créditos.”

Su próximo trabajo de molino de viento es Circulart, el mercado de la música latinoamericana en Medellín. “Ya tenemos la programación y los artistas y el mercado está poderosísimo,” dice. “Estamos realmente desbordados porque tenemos casi el doble de programadores que en las ediciones anteriores.”

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