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Cultura

Voces de la cultura hablan de las enseñanzas del 2020 y los retos del 2021

Este fue un año de cambios y de rebuscarse la manera de adaptarse a las circunstancias. La pandemia resaltó la urgencia de resolver problemas sociales y ambientales ya conocidos, pero que siguen latentes. Para pensar el presente y el futuro del sector cultural del país, Arcadia invitó a algunas de sus voces.

Revistaarcadia.com
28 de diciembre de 2020

A los invitados se les formularon dos preguntas: 1) En su opinión, ¿cuáles son las enseñanzas que le deja el 2020 al sector cultura? y 2) ¿qué cambios estructurales habría que hacer a mediano y largo plazo?

Estas fueron las respuestas.

Octavio Arbeláez - director del Festival Internacional de Teatro de Manizales y de CIRCULART

Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento.
Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento. | Foto: Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Cortesía del evento.

1) Enseñanzas culturales de 2020

La reevaluación de cómo se ha transformado el sector cultural sin fines de lucro durante la crisis, y las evaluaciones realistas de cómo las diversas tendencias continuarán evolucionando es de vital importancia.

Los desafíos son bastante monumentales y el panorama general no debe quedar oculto por la urgente necesidad de garantizar la supervivencia a corto plazo. Sin duda, la crisis de Covid ha revelado la precariedad del sector pero solo se pueden desarrollar remedios duraderos a esto si logramos convencer a otros actores (Estado, financiadores, audiencias, comunidades) de que somos nodos imprescindibles en el tejido social.

Para hacer esto, debemos responder a las necesidades de nuestras comunidades (incluidas, por supuesto, las necesidades de la comunidad artística) que han surgido con tremenda fuerza durante nuestra experiencia actual, como la lucha contra la crisis climática, abordar la precariedad laboral o las diversas formas de discriminación y hacerlo cambiando también nuestras propias prácticas.

Necesitamos entender que nuestra propia resiliencia se basa en la contribución a la resiliencia de las sociedades en las que vivimos y cuyo apoyo pedimos. Entretanto enfrentamos los cambios en la forma en que se crean y circulan las artes y, al mismo tiempo, encontramos la manera que hace que las formas artísticas en las que estamos involucradas sean fuertes; su capacidad para inventar, especular, experimentar, desafiar, innovar y redefinir lo que creemos que es posible en nuestras vidas.

2) Cambios Estructurales en 2021:

En el contexto iberoamericano: es evidente que existe la necesidad de potenciar el espacio cultural común iberoamericano de intercambio y colaboración en el que las organizaciones puedan trabajar juntas sobre la base de programas y proyectos que les conciernen a ellas y a sus audiencias, que este trabajo transnacional necesita un apoyo transnacional no proporcionado por el Estado local. Programas liderados, que esta área cultural se percibe como amenazada y que las instituciones supranacionales no han asumido caso OEA, cuya ausencia de liderazgo regional se hace patente

A nivel nacional: ahora bien, sobre todo, y a un nivel muy práctico, para el sector cultural y todo el ecosistema de artistas, trabajadores y proveedores implicados en él, esta crisis ha sido y sigue siendo de supervivencia. En Colombia, el Ministerio de Cultura y las Secretarias de Cultura de las ciudades y regiones, en muy diferentes grados, intervinieron para garantizar la liquidez a corto plazo de los trabajadores y las instituciones, pero estas medidas son temporales. A medida que la cuestión de la financiación, se vuelve cada vez más urgente en el contexto de una perspectiva económica global nefasta. Con presupuestos limitados disponibles y enfrentados a una recesión de proporciones masivas y de una duración incierta, la asignación de fondos apunta al mantenimiento de la seguridad laboral, el fortalecimiento de los servicios de salud, pero debe apuntar a la preservación del ecosistema cultural nacional, regional y local.

Este contexto general plantea un desafío al sector cultural. Muchas de las preocupaciones subyacentes que surgen de la realineación causada por la crisis de Covid se entrecruzan con las preocupaciones del sector: los renovados llamamientos a una Renta Básica Universal son relevantes para la precariedad laboral del sector y el imperativo de hacer que la recuperación sea coherente con la protección del medio ambiente, que está alineada con la creciente atención del mundo del arte a la crisis climática. La necesidad de involucrarse más profundamente con las audiencias locales, es preciso mantener la capacidad de las artes para responder a una amplia gama de necesidades y demandas, desde proporcionar creatividad disruptiva a la industria hasta ayudar a proponer respuestas a problemas profundos de desigualdad y exclusión que surgen de una lógica económica general.

Claudia Triana - directora de Proimágenes Colombia

Claudia Triana, directora de Proimágenes.

1) Enseñanzas culturales de 2020

El mundo comprendió cuan importantes son los seres humanos, cuánto se necesitan entre sí y cuánto tienen que proteger al medio ambiente.

Tal vez seamos mejores después de este golpe.

2) Cambios Estructurales en 2021:

Para contestar esa pregunta tendría que escribir un libro. Sin embargo hay algunos puntos que podría esbozar de los cambios que tendrían que hacerse en Colombia a mediano y largo plazo para el audiovisual:

-El foco debe estar en nuestros contenidos propios. La necesidad global por el contenido de calidad es enorme y por lo tanto debemos fortalecer a nuestros creadores para que puedan competir. Con reglas claras, flexibles y ajustadas a las nuevas condiciones y comportamientos de las audiencias

-A los jugadores de las plataformas a través de las cuales se está consumiendo la mayor cantidad de contenido audiovisual, tenemos que atraerlos a trabajar con nuestros nacionales pero también hacerlos contribuir al desarrollo y sostenibilidad de nuestra industria.

-Uno de los retos más difíciles es la armonización de las agencias del Estado con la política de apoyar las industrias creativas y de contenidos. Si bien el Consejo Naranja ha sido una buena iniciativa en este gobierno nos falta mucho por recorrer en esa dirección. El contenido es el rey y esta pandemia nos ha hecho entenderlo de una forma más profunda. Hacer nuestros contenidos propios sin duda tiene que ser el foco de las iniciativas de fomento de los próximos años.

-Ya entendimos que el diálogo no es solo con el público espectador. Hay que dialogar también con las máquinas. En ese sentido las narrativas Transmediales tienen mucho que enseñarnos. Grupos interdisciplinarios que crean un universo y lo desarrollan apropiándose de la tecnología.

-Las alianzas internacionales para estos efectos son fundamentales. El mundo se conectó, y por lo tanto las historias también.

-Tendremos que lograr el equilibrio entre lo digital y lo presencial, sacándole el mayor jugo a las dos instancias para conocernos mejor y ser mas eficientes.

-En la cadena de valor del audiovisual tenemos que impulsar todos los eslabones. Los exhibidores de cine por ejemplo, que sufrieron un golpe tan duro y repentino en esta pandemia; los canales de televisión que fueron muy poderosos y que venían ya viendo caer su exitoso modelo de negocio; las plataformas digitales nacionales aún incipientes; los creadores del audiovisual, cine, series, videojuegos o la animación que buscan crecer; los videos musicales o la publicidad que tienen un enorme potencial, en fin todo un universo para propiciarle unas buenas condiciones para que se forme, se desarrollo y encuentre un liderazgo mundial.

Jaime E. Manrique - director de Laboratorios Black Velvet y de Bogoshorts

Jaime E. Manrique Director ejecutivo de Black Velvet.

1) Enseñanzas culturales de 2020

Son muchas. Las principales: 1) El mundo digital, interconectado y automatizado no es una alternativa, no es una opción, es parte de una realidad integral y los proyectos culturales que no estén dispuestos a diseñar un ejercicio de hibridación difícilmente podrán enfrentar nuevas crisis. 2) Quienes no reevaluen sus modelos de negocio, retorno y supervivencia, haciendo que cada vez dependan menos de ayudas públicas, van a depender siempre de las mareas institucionales y no serán viables a largo plazo. 3) Las audiencias digitales son una oportunidad, pero llegar a ellas requiere estrategia y conocimiento real de los universos en los que se mueven, de las herramientas tecnológicas, de marketing y de minería de datos que permiten acceder a ellas. No es simplemente una oportunidad. Es un reto que requiere disciplina y conocimientos. 4) Buscar crear y cambiar puede matarnos, no hacerlo, definitivamente lo hará.

2) Cambios Estructurales en 2021:

Fortalecer en los gestores culturales el conocimiento y la formación empresarial con perspectiva tecnológica. Nuestro sector cultural está cargado de contenidos valiosos, profundos significados y vitales ejercicios simbólicos de construcción de memoria, pero absolutamente débiles en su viabilidad, en su capacidad para diseñarse como proyectos sostenibles que trasciendan el discurso.

Por otro lado, se hacen miles de proyectos culturales en el país que no evalúan sus audiencias, no las conocen, no tienen ni idea a quién les interesa lo que proponen y ese es el camino más directo a la muerte. Creerse muy importante así nadie esté dispuesto a conectarse con el contenido que se ofrece, es un discurso facilista y destinado al fracaso. Pero sobretodo es cómodo y poco riguroso sobre la base estructural de la comunicación. Si no pienso en mi receptor poco importa mi mensaje.

Andrés Bayona - director del Bogotá International Film Festival - BIFF

Andrés Bayona, director del BIFF. Cortesía del evento.
Andrés Bayona, director del BIFF. Cortesía del evento. | Foto: Andrés Bayona, director del BIFF. Cortesía del evento.

1) Enseñanzas culturales del 2020:

El 2020 nos demostró lo débil de un sistema cultural que desconoce el valor de nuestros creadores y su importancia para la sociedad.

Aunque hasta ahora empezamos a ver los resultados artísticos y creaciones fruto del encierro que acabamos de tener, la particularidad del sector a veces no se compagina con un sistema diferencial de ingresos, de salud y de pensiones para nuestros artistas, que por la pandemia se vieron seriamente afectados.

En el área particular de promoción y circulación de los bienes y servicios culturales la virtualidad abrió nuevos espacios y generó públicos que antes no existían, pero también ratificó la presencialidad como un valor esencial e irremplazable para los eventos culturales.

2) Cambios Estructurales en 2021:

Colombia es un país cuya oferta cultural es muy importantes en todas las áreas de la creatividad humana y se debe ubicar al creador en el centro de la política pública. El Estado debe generar las condiciones para el cuidado social de nuestros artistas, y, sobretodo, realizar ingentes esfuerzos para la promoción y circulación de estos bienes y servicios culturales, que, a mi manera de ver, son el eslabón más débil de la cadena para el consumo cultural.

Catalina Ceballos - directora de la Maestría Gestión de la Cultura en Universidad EAN

La antropóloga Catalina Ceballos. Foto: Archivo particular.

1) Enseñanzas culturales del 2020:

La capacidad de asociarnos, de reconocernos en nuestras debilidades y fortalezas. Sabemos de nuestra capacidad política.

2) Cambios Estructurales en 2021:

Entender de manera definitiva cómo la Economía Naranja es un concepto y una herramienta integradora de todos los elementos que componen la cultura, no solo las artes, las prácticas culturales, los pueblos indígenas, los pueblos negros, los territorios como unos lugares y espacios diversos y por supuesto las industrias culturales y creativas.

Harold Trompetero - Cineasta y productor

Harold Trompetero. Foto cortesía de Trompetero Producciones

1) Enseñanzas culturales del 2020:

La gran enseñanza que nos deja el 2020 al sector cultural es que la cultura se puede estructurar de una manera distinta. Si bien las propuestas de la Economía Naranja se van un poco a volvernos maquila o artesanos de la cultura, hay otras iniciativas que son muy valiosas, y, si se implementan de una manera visionaria y con una estructura financiera bien diseñada, pueden llegar a ser muy fructíferas. Me refiero a los estímulos tributarios de la Economía Naranja, similares a los que se dan en la Ley de Cine, y que ahora están abiertos a otras áreas de la cultura.

Esto puede llegar a generar formas distintas de nuestro desarrollo cultural, con mucho potencial para varios sectores. No sólo se podrán beneficiar las industrias sino también los proyectos expresivos, que más que funcionar como negocio son la expresión de nuestra sociedad. Creo que eso es lo más importante, sobre todo en las circunstancias que nos enfrascaron en este 2020, que nos obligaron a buscar nuevas y distintas formas de producción y de financiación para poder seguir haciendo lo que nos gusta, y lo que es necesario para nuestra cultura.

2) Cambios Estructurales en 2021:

Creo que el principal cambio estructural es tener la conciencia de que hacer cultura no es volvernos técnicos para ser maquila de la producción extranjera en Colombia. Es diseñar unas políticas de sostenimiento económico de la cultura que nos hagan ser creadores de contenido y no sólo ejecutores de lo que venga desde afuera.

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