Una noticia tiene en alerta a la comunidad científica. Se trata de la información compartida por la revista National Geographic, que confirmó que el continente africano atraviesa un proceso geológico lento pero continuo que, con el paso de millones de años, provocará su separación en dos grandes bloques.
De acuerdo con los expertos, la placa africana se está fracturando en dos subplacas: la somalí, de menor tamaño, y la nubia, que concentra la mayor parte del territorio. Este fenómeno culminará, a muy largo plazo, con la formación de dos masas de tierra independientes y el surgimiento de un nuevo mar entre ellas.

El informe detalla que este desplazamiento gradual se debe al movimiento divergente entre ambas subplacas, originado por fuerzas internas del planeta. Entre ellas se destacan la actividad del manto terrestre y el ascenso de material rocoso parcialmente fundido bajo la corteza, factores que empujan lentamente las placas en direcciones opuestas y sostienen este proceso de transformación geológica.
La gigantesca fractura que atraviesa el continente está relacionada directamente con el Sistema de Rift de África Oriental, considerado uno de los más extensos del planeta. Esta enorme grieta se prolonga a lo largo de miles de kilómetros y recorre múltiples países africanos, entre ellos Etiopía, Kenia, la República Democrática del Congo, Uganda, Ruanda, Burundi, Zambia, Tanzania, Malawi y Mozambique.

Un estudio publicado en 2023 en la revista científica Journal of Geophysical Research aportó nuevas claves para comprender este fenómeno geológico. La investigación analizó procesos que impulsan su expansión y examinó los factores internos de la Tierra que favorecen el desarrollo progresivo de esta amplia fractura tectónica.
El origen de esta enorme fractura geológica se remonta a la región de Afar, en el norte de Etiopía, donde comenzó a formarse hace cerca de 30 millones de años. Desde ese punto inicial, el proceso de separación ha avanzado de manera gradual hacia el sur del continente, en dirección a Zimbabue, con un ritmo estimado de entre 2,5 y 5 centímetros anuales, una velocidad imperceptible a escala humana, pero significativa en términos geológicos.

La geóloga Lucía Pérez Díaz, integrante del Grupo de Investigación de Fallas Dinámicas del Royal Holloway, explicó que la actividad a lo largo de la rama oriental del Valle del Rift —que atraviesa Etiopía, Kenia y Tanzania— se hizo especialmente notoria cuando una gran grieta apareció de forma repentina en el suroeste de Kenia.
En declaraciones al medio científico sin ánimo de lucro The Conversation, la experta recordó que África se asienta sobre una zona tectónica activa conocida como el Gran Valle del Rift, una extensa depresión que se forma en áreas donde las placas de la Tierra comienzan a separarse, tanto en tierra firme como bajo los océanos.
“En un período de decenas de millones de años, el lecho marino avanzará a lo largo de toda la grieta”, explicó Lucía Pérez Díaz, al señalar que este escenario se produciría una vez que las placas tectónicas terminen de separarse.










