Ciencia

Atentos, dentro de unas horas se sabrá si 3I/Atlas es una nave extraterrestre que ha entrado en el sistema solar

El 3I/Atlas podría revelar un secreto cósmico nunca antes visto.

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David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

30 de octubre de 2025, 9:44 p. m.
Un análisis final definirá si el 3I/ATLAS es un cuerpo natural o una sonda.
Nuevas mediciones podrían confirmar el origen de 3I/Atlas. | Foto: Composición de SEMANA con foto de MEDIUM, Q. Zhang y K. Dattams e imagen de Getty

El 3I/Atlas mantiene a la comunidad astronómica atenta desde su detección el 1.º de julio de 2025, momento en el que los expertos han debatido si se trata de un cometa o de una posible sonda creada por una civilización extraterrestre.

Esta hipótesis, impulsada por el reconocido astrofísico Avi Loeb, recobró fuerza en los últimos días, luego de que el director del Proyecto Galileo compartiera nuevos hallazgos que podrían revelar la verdadera naturaleza del objeto en las próximas horas.

Un brillo inusual despierta nuevas teorías

El 29 de octubre marcó un momento clave en la ciencia: el perihelio del 3I/Atlas, es decir, su punto más cercano al Sol.

Durante esta fase, Loeb señala que un conjunto de observatorios espaciales, entre ellos STEREO, SOHO y GOES-19, registró un notable aumento en su luminosidad y un cambio de color hacia un tono azul más intenso que el del propio Sol, algo que sorprendió a los investigadores.

“Nuevas imágenes del objeto interestelar 3I/Atlas, tomadas al acercarse a su perihelio el 29 de octubre de 2025, revelan un rápido aumento de brillo y un color más azul que el del Sol”, señaló Loeb.

En pocas horas podría saberse si el 3I/ATLAS tiene un origen extraterrestre.
Las nuevas imágenes de 3I/ATLAS muestran, en el panel izquierdo, una comparación entre el objeto y una estrella cercana; en el derecho, su evolución captada por distintos instrumentos espaciales. | Foto: Medium - Q. Zhang y K. Dattams

Según los datos recogidos, su brillo aumentó de forma abrupta conforme se aproximaba a la estrella, comportamiento que los científicos describen como “una anomalía poco común”.

El astrofísico considera este detalle como la novena irregularidad observada en el objeto, una más que se suma a la lista de rasgos difíciles de explicar bajo parámetros naturales conocidos.

En palabras del físico, “la apariencia de 3I/Atlas, más azul que el Sol, es muy sorprendente. Se espera que el polvo enrojezca la luz solar dispersa, y que la superficie del objeto sea un orden de magnitud más fría que los 5800 grados Kelvin de la fotosfera solar, lo que resultaría en un color más rojizo que el del Sol”.

“¿Utiliza una fuente de energía más caliente que el Sol?”, una pregunta del físico que ha reavivado las conjeturas sobre un posible origen artificial.

Lo que viene para el 3I/Atlas

Aunque por el momento el cuerpo se encuentra oculto tras el Sol, debido a su conjunción solar con la Tierra el 21 de octubre, se espera que vuelva a ser visible desde el planeta durante el atardecer del 19 de diciembre de 2025, fecha en la que alcanzará su máxima cercanía con la Tierra.

Durante ese periodo, se prevén observaciones de alta resolución con los telescopios, que permitirán analizar con mayor detalle su composición y comportamiento.

El extraño comportamiento de 3I/ATLAS abre nuevas preguntas sobre su naturaleza cósmica.
Un evento solar extremo puso a prueba a 3I/ATLAS, que mantuvo intacta su estructura. | Foto: NASA, ESA, David Jewitt (UCLA); Procesamiento de imágenes: Joseph DePasquale (STScI)

No todos en la comunidad científica comparten las conjeturas de Loeb, pues Tom Statler, investigador de la Nasa, sostiene que “tiene algunas propiedades interesantes que difieren ligeramente de las de los cometas de nuestro sistema solar, pero se comporta como un cometa”, señaló a The Guardian.

Para el experto, los indicios siguen apuntando a que 3I/Atlas es un cometa interestelar, no una nave extraterrestre.

Aun así, la incógnita sigue abierta; en las próximas horas podrían conocerse nuevos resultados que determinen si es un fenómeno natural o, como sugieren algunas voces, podría ser la primera evidencia tangible de tecnología no humana.