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¿Cada cuánto debe cambiar la funda del celular y por qué hacerlo evita daños costosos a largo plazo?
La principal función de la funda es proteger el celular contra impactos, caídas o golpes.

Prolongar la vida útil de un celular es una preocupación común para muchos usuarios. Si bien el cuidado adecuado en su uso es crucial, las fundas desempeñan un papel fundamental como capa protectora, minimizando los daños en caso de caídas accidentales y protegiendo componentes clave del dispositivo.
Las fundas se ajustan perfectamente al contorno del smartphone y están elaboradas con materiales resistentes que absorben impactos, evitando que el teléfono se dañe. Además de su función protectora, tienen una dimensión estética, ya que permiten personalizar el diseño del dispositivo, dándole un toque único y adaptado a los gustos personales de cada usuario. En respuesta a las nuevas tendencias y avances, muchos modelos incluyen características adicionales, como compartimentos para tarjetas, carteras integradas o incluso soportes para el dispositivo.
No obstante, para que una funda cumpla su función de protección, es esencial que se mantenga en buen estado. Si presenta fisuras o daños evidentes, es recomendable reemplazarla para asegurar que el teléfono permanezca protegido. Esto se debe a que los materiales como la silicona pueden desgastarse con el tiempo o perder flexibilidad, lo que reduce su capacidad de absorción de impactos.

Existen diversos tipos de fundas, cada una diseñada para satisfacer necesidades, estilos y niveles de protección diferentes. Algunas de las más comunes incluyen:
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- Silicona o goma: Son flexibles, suaves y ligeras, populares por su capacidad para absorber impactos.
- Rígidas: Fabricadas en plástico duro o materiales similares, ofrecen una protección más robusta y mayor resistencia a los golpes.
- Tipo cartera: Estas fundas son más grandes y cuentan con espacios para tarjetas de crédito, billetes y, en algunos casos, un soporte para el celular.
- Con batería integrada: Además de proteger el teléfono, incluyen una batería adicional que recarga el dispositivo cuando la carga es baja.
El cambio regular de la funda no solo responde a razones estéticas, sino también a la protección continua que ofrece. Estos accesorios tienden a acumular suciedad y bacterias con el tiempo, lo que puede representar un riesgo para la salud si no se limpian o cambian con regularidad. Igualmente, las fundas deterioradas pueden rayar la parte posterior del celular, lo que afecta tanto su funcionalidad como su apariencia.
De acuerdo con el sitio web casenixx.com, el tiempo ideal para cambiarla depende de varios factores, como el tipo de funda, el uso que se le dé al dispositivo y las condiciones en las que se mantenga. Sin embargo, como regla general, se recomienda reemplazarla cada cierto tiempo para asegurar que el celular siga protegido y mantenga un buen aspecto.
Además de la duración estándar, existen factores adicionales que pueden influir en la necesidad de cambiar la funda con mayor frecuencia. Por ejemplo, si el celular está expuesto a un uso intenso, como caídas frecuentes o condiciones más exigentes, como actividades al aire libre, es posible que sea necesario reemplazar la funda con mayor regularidad.

No existe una regla estricta sobre la periodicidad con la que debe cambiarse la funda, pero como orientación general, se sugiere hacerlo entre 6 meses y 2 años, dependiendo del tipo de funda y el uso del móvil. Si se nota que la funda ya no proporciona la protección adecuada o ha perdido su funcionalidad, es recomendable sustituirla antes de que el celular sufra daños.
Asimismo, para aquellos usuarios que disfrutan de cambiar el aspecto de su dispositivo o seguir las últimas tendencias, renovar la funda puede ser una excelente opción cada pocos meses. Por último, si presenta daños visibles, como grietas o roturas, es crucial reemplazarla, independientemente del tiempo transcurrido desde el último cambio.