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Científicos explicaron anomalía que se encuentra en el centro de la Vía Láctea: “El antiguo gigante dormido despertó recientemente”

El análisis de rayos X permitió rastrear una antigua explosión proveniente del corazón de la Vía Láctea.

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David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

2 de diciembre de 2025, 1:24 a. m.
El telescopio IXPE detectó indicios de un estallido ocurrido alrededor del siglo XIX.
La NASA confirmó que una señal reflejada en enormes nubes cósmicas apunta directamente a Sagitario A*. | Foto: Getty Images / NASA

En el universo existen distintos tipos de anomalías, regiones y objetos donde la gravedad es tan extrema que nada, ni siquiera la luz, puede escapar a las cuales se les conoce como agujeros negros y justamente científicos de la NASA confirmaron la presencia de uno en el corazón de la Vía Láctea, la gran estructura en espiral que alberga al sistema solar.

Una serie de señales recientes sugiere que ese coloso cósmico tuvo un episodio de actividad relativamente cercano en el tiempo, dejando un rastro que apenas ahora se está descifrando.

Una señal inesperada en nubes que no deberían brillar

Los investigadores llevan años observando Sagitario A*, el enorme agujero negro ubicado a unos 25.000 años luz y considerado el punto central de la Vía Láctea.

“Es mucho menos luminoso que otros agujeros negros en el centro de las galaxias que podemos observar, lo que significa que el agujero negro central de nuestra galaxia no ha estado devorando activamente material a su alrededor”, señala la NASA.

Sin embargo, un nuevo análisis del telescopio IXPE, un instrumento diseñado para estudiar la luz en rayos X, comenzó a cambiar esa impresión.

Al dirigirlo hacia un conjunto de nubes frías que rodean la zona, los científicos esperaban señales débiles. En lugar de eso, encontraron emisiones intensas, demasiado fuertes para proceder de nubes naturalmente opacas.

El telescopio IXPE detectó señales intensas en nubes frías, un indicio de que el agujero negro central tuvo actividad reciente.
Las emisiones inesperadamente brillantes alrededor de Sagitario A* cambiaron la idea de que el núcleo de la Vía Láctea estaba inactivo. | Foto: NASA

La única explicación posible era que esas nubes estaban reflejando una llamarada antigua procedente de algún punto cercano al agujero negro, los cuales según los cálculos, ese destello habría ocurrido hace unos dos siglos, un hecho muy reciente si se compara con los tiempos del universo.

“Nueva evidencia obtenida por el telescopio Explorador de polarimetría de imágenes de rayos X (IXPE, por sus siglas en inglés) de la NASA sugiere que el antiguo gigante dormido despertó recientemente —hace unos 200 años— para devorar gas y otros desechos cósmicos que estaban a su alcance”, comenta la investigación de la NASA.

Este hallazgo permitió reconstruir que Sagitario A* tuvo un episodio de “despertar”, en el que habría devorado gas y restos que pasaban a su alcance, generando un resplandor que hoy rebota como un eco en esas gigantescas acumulaciones de polvo.

La “brújula” que apuntó directamente al culpable

El estudio combinó datos de IXPE con observaciones previas de otros telescopios espaciales, lo que permitió aislar la procedencia de esa luz rebotada. El ángulo en el que viajaban los rayos X funcionó como una guía que señalaba un único origen posible: el propio Sagitario A*.

Con esta información, el grupo de investigadores reconstruyó la potencia aproximada de aquella erupción y su duración, situándola a principios del siglo XIX. Aunque no fue lo suficientemente fuerte como para alterar la estructura de la galaxia, sí representó un cambio notable para un agujero negro que suele permanecer en calma.

Los datos obtenidos podrían ayudar a ubicar en tres dimensiones las nubes que rodean el núcleo galáctico.
El equipo planea nuevas observaciones para reducir la incertidumbre y precisar los detalles del estallido. (Imagen de Sagitario A) | Foto: NASA

El equipo planea volver a observar la zona para afinar los datos y disminuir el margen de duda en las mediciones, explicó Steven Ehlert, científico del proyecto IXPE en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA.

Estas mediciones ayudarán también a establecer la ubicación tridimensional de las nubes que rodean el centro galáctico, un rompecabezas que todavía falta ensamblar.

“IXPE está desempeñando un papel clave para ayudarnos a comprender mejor la escala de tiempo en la que está cambiando el agujero negro en el centro de nuestra galaxia”, dijo Ehlert.

“Sabemos que el cambio puede ocurrir en galaxias activas y agujeros negros supermasivos en una escala de tiempo humana. Estamos aprendiendo más sobre el comportamiento de este agujero negro a lo largo del tiempo y su historial de estallidos, y estamos ansiosos por observarlo más a fondo para determinar qué cambios son típicos y cuáles son extraordinarios”, concluyó Ehlert.