Ciencia
Científicos revelan la expansión sin precedentes de una ‘franja marrón’ que amenaza costas y ecosistemas del Atlántico
Su crecimiento masivo está impulsado por la escorrentía de nutrientes desde la tierra, las corrientes oceánicas y fenómenos climáticos.

Una reciente investigación ha ayudado a establecer la conexión entre la contaminación terrestre por nutrientes, la circulación oceánica y la expansión sin precedentes del sargazo en el Océano Atlántico.
El sargazo —un alga parda que flota libremente— ha escapado del Mar de los Sargazos y se ha propagado por el Atlántico, formando el vasto Cinturón Atlántico de Sargazos. Impulsadas por la escorrentía de nutrientes, las corrientes del Amazonas y fenómenos climáticos, estas floraciones están transformando ecosistemas, economías y costas a gran escala.
Aunque se creía que el sargazo se limitaba principalmente a las aguas pobres en nutrientes del Mar de los Sargazos, ahora se reconoce como un organismo marino de rápido crecimiento y amplia distribución, cuya expansión por el Atlántico está vinculada tanto a procesos naturales como al enriquecimiento de nutrientes inducido por el ser humano.
Un estudio del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Universidad Atlántica de Florida, publicado en la revista Harmful Algae, arroja nueva luz sobre los orígenes y desarrollo del Gran Cinturón Atlántico de Sargazos, una masiva floración recurrente que se extiende desde la costa de África Occidental hasta el Golfo de México, afectando significativamente las zonas costeras.

Así fue su primera aparición
Desde su primera aparición en 2011, este cinturón se ha formado casi todos los años, salvo en 2013, y en mayo alcanzó un nuevo récord de biomasa de 37,5 millones de toneladas, sin incluir las 7,3 millones de toneladas estimadas históricamente en el Mar de los Sargazos.
Al combinar observaciones oceanográficas históricas, imágenes satelitales modernas y análisis biogeoquímicos avanzados, esta revisión ofrece un marco integral para comprender los cambios drásticos en la distribución, productividad y dinámica de nutrientes del sargazo. Además, resalta las implicaciones del enriquecimiento antropogénico de nutrientes en la ecología oceánica y la necesidad de esfuerzos internacionales coordinados para monitorear y gestionar estas masivas floraciones.
Orígenes y transporte del sargazo
Al inicio de la revisión, los autores explican que los primeros oceanógrafos cartografiaron el Mar de los Sargazos basándose en avistamientos superficiales de sargazo, creyendo que prosperaba en aguas cálidas y cristalinas, pero pobres en nutrientes. Esta idea generó una paradoja cuando oceanógrafos de mediados del siglo XX describieron la región como un “desierto biológico”.
Sin embargo, recientes observaciones satelitales, modelos de circulación oceánica y estudios de campo resolvieron esta paradoja al rastrear el transporte estacional del sargazo desde zonas costeras ricas en nutrientes —especialmente el oeste del Golfo de América— hacia mar abierto, a través de la Corriente del Lazo y la Corriente del Golfo. Estos hallazgos respaldan la hipótesis de que el sargazo originario del Golfo podría alimentar a las poblaciones del Mar de los Sargazos.
La teledetección fue clave en estos descubrimientos. Entre 2004 y 2005, los satélites capturaron extensas hileras de sargazo en el oeste del Golfo de América, una región con creciente carga de nutrientes de ríos como el Misisipi y el Atchafalaya.
Crecimiento y nutrientes
Experimentos de laboratorio e investigaciones de campo desde la década de 1980 confirmaron que el sargazo crece más rápido y es más productivo en aguas neríticas ricas en nutrientes que en aguas oligotróficas de océano abierto. Las especies Sargassum natans y Sargassum fluitans pueden duplicar su biomasa en apenas 11 días en condiciones óptimas, y el fósforo suele ser el nutriente limitante, aunque el nitrógeno también es crucial.
Entre 1980 y 2020, el contenido de nitrógeno del sargazo aumentó más del 50%, mientras que el fósforo disminuyó ligeramente, elevando significativamente la relación nitrógeno-fósforo (N:P).

Escorrentía agrícola y reciclaje de nutrientes
“Estos cambios reflejan un alejamiento de las fuentes naturales de nutrientes oceánicos y un mayor aporte terrestre, como escorrentía agrícola, aguas residuales y deposición atmosférica”, señaló Lapointe. Los niveles de carbono en el sargazo también aumentaron, modificando su estequiometría y evidenciando el impacto de la carga externa de nutrientes.
Además, el reciclaje de nutrientes dentro de las hileras de sargazo, a través de excreciones de organismos asociados y descomposición microbiana, sustenta su crecimiento en ambientes pobres en nutrientes, permitiendo que estas poblaciones prosperen en zonas que de otro modo serían poco productivas.
Los datos de sargazo recolectados cerca de la desembocadura del río Amazonas respaldan la hipótesis de que las salidas de nutrientes de este importante río contribuyen significativamente al desarrollo del GASB.
Influencia de la Oscilación del Atlántico Norte
La formación del GASB parece haber sido impulsada por un evento atmosférico extremo: la fase negativa de la Oscilación del Atlántico Norte entre 2009 y 2010, que pudo haber desplazado aguas superficiales y sargazo hacia el Atlántico tropical.
No obstante, los investigadores aclaran que no existe evidencia directa de este movimiento. Datos genéticos y morfológicos sugieren que algunas poblaciones de sargazo, especialmente S. natans var. wingei, ya estaban presentes en el Atlántico tropical antes de 2011, indicando que esta región podría haber desempeñado un papel inicial en el desarrollo del GASB.
*Con información de Europa Press