Tecnología
Cómo mantener la casa fresca sin necesidad de utilizar el aire acondicionando para ahorrar energía
Los usuarios tienen a la mano una serie de trucos caseros que permiten disminuir el consumo eléctrico en épocas de calor

Mantener la casa fresca se convierte en un desafío cuando las temperaturas aumentan. Las tardes se vuelven sofocantes, las noches se dificultan para descansar y cualquier actividad cotidiana, como cocinar, descansar o trabajar, se ve afectada por el calor acumulado en las habitaciones.
Ante este clima persistente, muchos recurren al aire acondicionado, pero no siempre es una opción viable debido al alto costo energético, el impacto ambiental o la simple falta de este aparato en el hogar. La pregunta se repite en muchos hogares: ¿cómo refrescar la casa sin que la factura de la electricidad se dispare?
La buena noticia es que existen soluciones sencillas, efectivas y sostenibles para mantener la vivienda más fresca, sin necesidad de realizar grandes inversiones ni recurrir a dispositivos sofisticados. Bastan algunos hábitos cotidianos y el aprovechamiento de recursos naturales para reducir varios grados la temperatura interior.

Trucos para ahorrar energía con el aire acondicionado
Desconectar los electrodomésticos que no se utilicen
Electrodomésticos como televisores, cargadores, lámparas o bombillas LED emiten calor cuando permanecen encendidos durante períodos prolongados. El horno, en particular, puede caldear toda la cocina. Apagar los dispositivos innecesarios no solo reduce el consumo energético, sino que también contribuye a mantener la temperatura interior más agradable.
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Con estos simples consejos, es posible combatir el calor sin recurrir a métodos costosos o perjudiciales para el medio ambiente.
Bajar las persianas antes de que el sol entre
Una de las recomendaciones más eficaces para mantener el hogar fresco consiste en bloquear la entrada directa del sol. Según el Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid, la opción más efectiva es bajar las persianas durante las horas de máxima exposición solar. Además, correr las cortinas, especialmente si son gruesas o térmicas, crea una barrera adicional contra el calor.
Este gesto es aún más relevante cuando la vivienda queda vacía durante varias horas, como al salir a trabajar. Si las persianas o toldos se dejan subidos, la luz solar incide directamente sobre los cristales, suelos y muebles, lo que eleva considerablemente la temperatura interior. En cambio, si se bajan antes de salir, la casa se mantendrá más fresca a la vuelta, incluso después de una jornada entera fuera.
Ventilar solo cuando baja la temperatura
Durante el verano, ventilar en pleno día puede resultar contraproducente si el aire exterior está caliente. Lo recomendable es abrir las ventanas a primera hora de la mañana y al caer la noche, cuando las temperaturas son más suaves. En las horas centrales del día, lo mejor es mantener la casa cerrada y a oscuras.
Aprovechar las corrientes de aire
Abrir dos ventanas o puertas opuestas permite crear una corriente de aire natural que refresca los espacios. El efecto túnel, especialmente en pasillos, acelera este movimiento de aire. Si es posible, se puede combinar este sistema con un ventilador para potenciar su efectividad.
Trucos para dormir mejor por la noche
Para conciliar el sueño en noches calurosas, el Portal del Consumidor recomienda enfriar la cama antes de acostarse. Colocar una botella de agua fría o una bolsa con hielo envuelta en un paño sobre las sábanas puede ser suficiente. Además, resulta útil dormir con sábanas transpirables y ropa ligera.

Fregar el suelo con agua fría
El uso frecuente de agua fría sobre el cuerpo, como aplicarse compresas frías en muñecas y cuello o tomar duchas frescas, es una estrategia conocida para contrarrestar el calor. Sin embargo, también se puede rociar con un vaporizador zonas como cortinas o el suelo de una habitación. Fregar el suelo con agua fría antes de utilizar una estancia ayuda a reducir la temperatura ambiente.
Potenciar el ventilador con hielo y sal
Aunque los ventiladores no enfrían el aire, sí contribuyen a su circulación. Para mejorar su eficacia, un truco sencillo consiste en colocar un recipiente con hielo y sal gruesa delante del ventilador. El aire en movimiento pasará por el hielo y llegará más fresco, aliviando la sensación térmica sin necesidad de encender el aire acondicionado.
Regar las plantas por la noche
Las plantas de interior ayudan a refrescar el ambiente y, si se colocan cerca de las ventanas, también actúan como barreras naturales contra el sol. Regarlas por la noche favorece su transpiración, lo que contribuye a refrescar el entorno durante las horas nocturnas.
*Con información de Europa Press