Tecnología
Cómo mejorar la velocidad y el rendimiento de su celular para jugar sin interrupciones
Estas estrategias sencillas pueden marcar la diferencia entre una experiencia frustrante y una completamente inmersiva.
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Los celulares se han convertido en herramientas fundamentales, especialmente para quienes disfrutan de los videojuegos, pero lo que muchos desconocen es que estos dispositivos demandan velocidad, precisión y estabilidad.
No basta con contar con un celular de última generación: la clave está en cómo se ajustan sus parámetros internos. Algunos factores, como la saturación de memoria, las aplicaciones en segundo plano o la falta de mantenimiento pueden generar interrupciones durante las partidas de los juegos.

Por fortuna, con el objetivo de que los amantes a los juegos cuentes con dispositivos capaces de responder con rapidez, estabilidad y potencia, sin gastar demás, existen estrategias sencillas que pueden marcar la diferencia entre una experiencia frustrante y una completamente inmersiva. De acuerdo con Jhair Olave, especialista de entrenamiento de Vivo, es importante optimizar el rendimiento de un celular antes de jugar.
¿Qué hacer en el celular antes de jugar?
Dentro de las configuraciones que debería hacer en su celular se encuentra la tasa de refresco, un elemento clave en la experiencia visual de los videojuegos móviles. Este valor indica cuántas veces por segundo la pantalla se actualiza, y mientras mayor sea el número de hercios (Hz), más fluidos serán los movimientos.
En juegos de disparos, acción o velocidad, una frecuencia alta —como 90 o 120 Hz— permite reducir el desenfoque y percibir mejor los detalles, ofreciendo una respuesta visual más precisa y agradable. Por ello, ajustar esta configuración según la tarea o el tipo de juego puede marcar una diferencia notable en el desempeño del celular.
Además de contar con una buena imagen, la rapidez con la que la pantalla responde al tacto es fundamental. Algunos dispositivos incorporan funciones como el “modo de alto rendimiento táctil” o “respuesta rápida”, diseñadas para registrar con mayor frecuencia los toques en la pantalla. Esto minimiza el retraso entre el movimiento del jugador y la acción en pantalla, donde cada milisegundo influye en el resultado.

Otro punto esencial es la gestión de los recursos del sistema. Mantener abiertas varias aplicaciones consume memoria RAM y energía, lo que puede causar interrupciones o caídas en los cuadros por segundo.
Antes de jugar, el experto recomienda cerrar las apps innecesarias y activar los modos de rendimiento que prioricen la potencia del procesador para el juego. Asimismo, mantener el sistema actualizado garantiza una mejor optimización y estabilidad gráfica.
El control de la temperatura también es determinante para evitar que el celular reduzca su rendimiento. Cuando el dispositivo se sobrecalienta, limita automáticamente la potencia del procesador, lo que genera lentitud y cortes en la experiencia.
Para prevenirlo, se aconseja jugar en entornos frescos, evitar la luz directa del sol y retirar fundas gruesas que retengan calor. En sesiones prolongadas, algunos usuarios utilizan ventiladores o accesorios de refrigeración externa para mantener una temperatura adecuada.
Por último, no todos los títulos móviles están optimizados para aprovechar las pantallas o procesadores de alta gama. En estos casos, ajustar manualmente los parámetros gráficos —como reducir la resolución o desactivar efectos complejos— puede mejorar considerablemente la estabilidad del juego.