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Con aproximadamente 555 millones de años, investigadores presentan a uno de los animales más antiguos de la tierra
En un descubrimiento que ha capturado la atención de la comunidad científica, investigadores han encontrado un fósil de un animal marino que vivió hace 555 millones de años, un hallazgo que desplaza la narrativa sobre la antigüedad de la vida en la Tierra.
Un equipo de paleontólogos de la Universidad Estatal de Florida, encabezado por el profesor adjunto Scott Evans, ha realizado un hallazgo significativo en el sur de Australia: un fósil de un animal marino primitivo que data de hace aproximadamente 555 millones de años. Este descubrimiento, realizado en el Parque Nacional Nilpena Ediacara, no solo ofrece un vistazo a los inicios de la vida en nuestro planeta, sino que también proporciona respuestas sobre la evolución de los primeros animales complejos.
Un vistazo al pasado: El descubrimiento de Quaestio
Los fósiles encontrados en esta zona son testigos de un periodo crucial en la evolución, cuando los organismos unicelulares comenzaron a dar paso a formas de vida más complejas y visibles. Entre estos fósiles, se encuentra Quaestio, un organismo que medía aproximadamente el tamaño de una mano humana y que habitaba el lecho marino.
Scott Evans describe a Quaestio como un animal con una estructura distintiva, con una forma que recuerda a un signo de interrogación. Este organismo, que contaba con una membrana externa delgada que unía tejidos más resistentes, presentaba características de organización anteroposterior y asimetría izquierda-derecha. Esta morfología inusual resalta la singularidad del hallazgo, pues no existen otros fósiles de este periodo que exhiban una organización similar. Lo más interesante es que Quaestio fue uno de los primeros animales capaces de moverse activamente en su entorno.
La vida marina del Ediacárico: Un comportamiento revelador
Los investigadores han comparado el comportamiento de Quaestio con el de una aspiradora marina, similar a un modelo Roomba. Este pequeño organismo se desplazaba por el fondo del océano, consumiendo nutrientes de algas microscópicas, bacterias y otros microorganismos que formaban una capa rica en nutrientes, conocida como estera orgánica. Esta estera, formada por microbios, se ha preservado en las losas de roca donde se hallaron los fósiles.
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Ian Hughes, estudiante de posgrado en biología evolutiva en Harvard y parte del equipo de investigación, relató la emoción de descubrir un fósil traza detrás de un ejemplar de Quaestio. Este hallazgo es una clara indicación de que el organismo era móvil, lo que demuestra que ya existían formas de vida con la capacidad de moverse activamente en el océano hace más de medio millar de años.
Implicaciones del hallazgo para la evolución de la vida
Este descubrimiento no solo es un hito en la paleontología, sino que también invita a una profunda reflexión sobre la evolución de la vida en la Tierra. Según Evans, “Determinar las expresiones genéticas necesarias para crear estas formas proporciona un nuevo método para evaluar los mecanismos responsables de los inicios de la vida compleja en este planeta”. La importancia de este hallazgo radica en su capacidad para iluminar el camino que llevaron a cabo los organismos unicelulares hacia una mayor complejidad y movilidad.
La investigación ha sido posible gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario y al apoyo de instituciones como la NASA y el Consejo de Investigación Australiano. Mary Droser, científica principal de Nilpena y profesora de geología en la Universidad de California en Riverside, ha liderado excavaciones en la región durante más de 20 años. Su experiencia ha sido fundamental para guiar al equipo en el descubrimiento de estos fósiles tan significativos.