Tecnología
Consejos clave para proteger los dispositivos del hogar de ataques informáticos que roban información personal
En términos de ciberseguridad, esta práctica es crucial para prevenir accesos no autorizados, proteger los datos personales y garantizar que el hogar esté a salvo de amenazas cibernéticas.

Uno de los avances más significativos impulsados por la tecnología es el desarrollo de las casas inteligentes, posibilitado por una amplia gama de dispositivos que se han vuelto esenciales en la vida diaria de los usuarios. Estos aparatos no solo optimizan el tiempo, sino que facilitan las tareas cotidianas, mejorando así la productividad de los individuos.
Entre ellos se encuentran cámaras inteligentes, asistentes de voz, televisores, teléfonos móviles, robots, entre otros, los cuales necesitan acceso a internet para aprovechar al máximo sus funcionalidades. Sin embargo, esta conectividad también conlleva riesgos en términos de seguridad y privacidad de los datos personales, dado que los ciberdelincuentes están en constante reinvención de sus tácticas para llevar a cabo ataques de forma anónima.
Los expertos en seguridad informática afirman que los dispositivos conectados a internet, por su propia naturaleza, pueden ser vulnerables a ciberataques si no cuentan con una adecuada protección. Los criminales pueden explotar fallos de seguridad en dichos equipos para acceder a redes domésticas, sustraer información personal o incluso controlar su funcionamiento.

Asimismo, cuando están conectados a redes wifi domésticas mal protegidas, pueden convertirse en un punto de acceso sencillo para los atacantes. Desde allí, los delincuentes podrían obtener acceso a otros dispositivos dentro de la red, incluyendo ordenadores, smartphones e incluso sistemas financieros o bancarios. Los ciberataques, como el phishing o el ransomware, pueden desencadenarse con facilidad si la red doméstica carece de medidas de protección adecuadas.
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Ante este panorama, resulta crucial tomar medidas para proteger los equipos conectados y prevenir que tanto el usuario como su entorno familiar se vean afectados por brechas de seguridad que podrían tener consecuencias graves.
En primer lugar, se debe garantizar que la red wifi a la que están conectados los dispositivos esté protegida por una contraseña robusta, que combine números, letras y caracteres especiales, con el fin de dificultar su descifrado. De no ser así, los ciberdelincuentes podrían infiltrarse en los sistemas con mayor facilidad.
Además, es fundamental verificar las actualizaciones periódicas, ya que muchas de ellas incluyen parches de seguridad que funcionan como una barrera frente a los ataques informáticos.
Una vez asegurada la protección del enrutador, es momento de tomar medidas adicionales con respecto a los dispositivos conectados. Una de estas es la autenticación de dos factores, que añade una capa extra de seguridad. Al activar esta opción, incluso si un atacante obtiene la contraseña, necesitaría un segundo elemento, como un código enviado al teléfono móvil del usuario, para poder acceder al equipo.

Por otra parte, muchos dispositivos inteligentes poseen características que, si no se utilizan, pueden representar un riesgo. Un ejemplo de ello es la función de acceso remoto de algunas cámaras de seguridad, que, si no se requiere, debería ser desactivada para evitar riesgos innecesarios.
En ciertos casos, el uso de una red privada virtual (VPN) puede contribuir a proteger la información que se transmite hacia y desde los dispositivos conectados. Esta herramienta cifra las conexiones a Internet, dificultando que los atacantes puedan interceptar los datos que circulan por la red.
El hogar inteligente ofrece comodidad y eficiencia, pero también puede convertirse en un objetivo para los ciberdelincuentes si no se toman las medidas adecuadas. La seguridad en línea debe ser una prioridad para todos aquellos que utilizan tecnologías conectadas, lo que implica desde el uso de contraseñas seguras hasta la instalación de actualizaciones regulares.