Tecnología
Dejar el celular en este lado de la cama mientras lo carga podría desencadenar una incendio fatal
Las baterías de iones de litio, utilizadas en la mayoría de los teléfonos, tienen una vida útil limitada.


En muchas ocasiones, en el afán de utilizar el teléfono móvil y de estar constantemente conectado con el mundo digital, se pasa por alto el lugar en el que se carga el dispositivo. Una decisión que, aunque parece sencilla e inofensiva, es crucial, ya que de ella dependen aspectos fundamentales, como la prevención de accidentes que puedan desencadenar incendios.
Expertos en tecnología, como los del portal español especializado Computer Hoy, señalan que uno de los errores más comunes es cargar el móvil en lugares con poca ventilación, como debajo de la almohada. Esta práctica, además de colocar el dispositivo sobre materiales inflamables, aumenta el riesgo de un incidente grave, puesto que, combinada con otros factores, puede resultar en un accidente.
Según detallan, es importante recordar que las baterías de litio tienen una composición química que, al cargarse o descargarse, puede generar calor y gas. Esto significa que, cuando el equipo se encuentra en un espacio adecuado, el calor se disipará sin problemas.

Sin embargo, cuando se encuentra en un lugar inapropiado —bien sea porque está dañado o se usa de manera incorrecta—, puede producirse una fuga térmica, donde el calor se acumula, elevándose a niveles peligrosos. Este aumento de temperatura puede hacer que los electrolitos internos reaccionen, liberando gases y aumentando la presión, lo que provoca que la carcasa del dispositivo se hinche.
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Si no se toman las precauciones necesarias, este proceso puede desembocar en una deformación, incendio o incluso una explosión que no solo destruya el dispositivo, sino que ponga en peligro la vida del usuario y las personas cercanas.
Aunque los teléfonos móviles modernos cuentan con sistemas de protección para evitar la sobrecarga, controlando la temperatura del dispositivo en caso de que se dispare, los malos hábitos y el esfuerzo excesivo del equipo pueden resultar perjudiciales. Específicamente, lugares como debajo de la almohada, sobre la cama o en el interior de un automóvil no son apropiados para cargar un móvil, ya que dificultan la disipación del calor generado durante el proceso de carga.
A este riesgo se suma el uso de accesorios no certificados o no oficiales. Si bien algunos de estos accesorios prometen aumentar la velocidad de carga, también incrementan la temperatura del equipo, lo que se convierte en un peligro aún mayor cuando se utiliza el smartphone para actividades que demandan un alto consumo de recursos, como jugar en línea o realizar videollamadas. Estas acciones sobrecargan el equipo, aumentando el riesgo de fallos.

Con el paso del tiempo, el deterioro de la batería se hace evidente. No obstante, este proceso no siempre es inmediato. A medida que las capas internas de la batería se degradan, el litio puede atravesar las separaciones que mantienen aislados los polos de la batería, lo que podría ocasionar un cortocircuito interno.
Para evitar situaciones peligrosas, es fundamental estar atento a ciertas señales de alerta. Entre ellas se encuentra el sobrecalentamiento excesivo del celular durante la carga, especialmente cuando este se encuentra en reposo. Otros indicios de alarma incluyen una duración de carga reducida o cambios en la forma original del dispositivo.