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Descubren que el cometa 3I/ATLAS podría revelar secretos de otros sistemas solares: estas son las nuevas pistas

Se están usando imágenes de TESS y se espera sumar observaciones del Telescopio James Webb para entender mejor la composición del cometa.

12 de septiembre de 2025, 4:12 p. m.
Descubren que el cometa 3I/ATLAS podría estar hecho de moléculas distintas a las de nuestro sistema solar
Descubren que el cometa 3I/ATLAS podría estar hecho de moléculas distintas a las de nuestro sistema solar | Foto: Getty Images

Imágenes del cometa interestelar 3I/ATLAS, halladas en datos del cazador de exoplanetas TESS de la NASA tomados meses antes de su identificación, ofrecen pistas valiosas sobre la composición de otros sistemas solares.

Incluso antes de su descubrimiento oficial, a principios de julio, el cometa ya se ocultaba entre las estrellas, demasiado débil para ser detectado a simple vista. En un reciente artículo publicado en Astrophysical Journal Letters, investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU) analizaron observaciones del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) y encontraron evidencia del objeto desde mayo.

Los registros sugieren que el cometa pudo haber estado activo durante más tiempo del calculado inicialmente, dejando señales en su cola característica. Estos indicios aportan nueva información sobre un visitante celeste que solo permanecerá visible unos meses más antes de alejarse más allá del alcance incluso de los telescopios más poderosos.

Fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS.
3I/ATLAS, el cometa que viaja desde otra estrella, ayuda a entender mundos lejanos. | Foto: Getty Images

Una ventana a otros sistemas solares

“Hemos detectado muy pocos objetos interestelares en nuestro sistema solar, y cada uno es único”, explicó Adina Feinstein, profesora adjunta de física y astronomía en la MSU y autora principal del estudio. “3I/ATLAS nos brinda la oportunidad de estudiar de cerca otros sistemas solares sin necesidad de viajar hasta ellos”.

El cometa recibe el nombre “3I” por ser apenas el tercer objeto interestelar detectado hasta ahora. La denominación “ATLAS” proviene de la red de telescopios Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System, de la NASA, que permitió identificarlo.

Desde su detección, equipos de investigación en todo el mundo se han apresurado a observarlo y documentarlo antes de que desaparezca. Según Feinstein, se publican artículos casi a diario, reflejo del ritmo acelerado con el que trabaja la comunidad astrofísica.

Un hallazgo inesperado

Aunque su campo habitual no son los objetos interestelares, Feinstein aprovecha los datos de TESS para buscar exoplanetas. Este satélite, en ocasiones, observa también el plano en el que orbitan los planetas del sistema solar, precisamente por donde viajaba 3I/ATLAS. Así, la científica decidió emplear esos registros para aportar a la investigación.

Tras procesar las imágenes y filtrar la luz de las estrellas cercanas, el equipo combinó tomas capturadas en distintos puntos de la órbita del cometa. El resultado fue una imagen más clara que permitió distinguir a 3I/ATLAS en medio de un mar de píxeles.

Composición diferente a los cometas del sistema solar

Las imágenes revelaron que el cometa mostró actividad a una distancia mayor del Sol de lo esperado. En nuestro sistema, los cometas liberan polvo y gas —principalmente agua— a medida que se calientan. En cambio, 3I/ATLAS podría estar expulsando moléculas como monóxido y dióxido de carbono, lo que sugiere una composición distinta a la de los cometas locales.

Restos de una fallida misión soviética a Venus se dirigen a la Tierra.
Un cometa de otro sistema solar sorprendió a la NASA. | Foto: Getty Images

“Esto nos da una idea de cómo son los cometas y asteroides en otros sistemas”, señaló Feinstein. “Siempre se ha supuesto que eran diferentes a los nuestros, pero ahora tenemos pruebas concretas de esas diferencias”.

Los científicos esperan que 3I/ATLAS permanezca visible algunos meses más. Durante este tiempo, el equipo de la MSU —que incluye al profesor adjunto Darryl Seligman, coautor del artículo y responsable del primer estudio sobre el cometa— seguirá analizando cada dato disponible.

Además, planean usar observaciones del Telescopio Espacial James Webb de la NASA para profundizar en el conocimiento de su composición.

“Capturar todas las imágenes posibles del periodo previo al descubrimiento es clave para comprender cómo se activan estos objetos cuando se acercan a nuestro Sol”, explicó John Noonan, coautor del estudio e investigador postdoctoral en la Universidad de Auburn.

Es probable que los cometas interestelares no se hayan calentado significativamente en millones, o incluso miles de millones, de años. Observar cómo reaccionan a ese calentamiento inicial es una oportunidad única”.

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