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Dos palabras que jamás debería decir en una llamada telefónica para evitar futuras extorsiones o estafas

Bajo engaños telefónicos, los estafadores buscan que la víctima pronuncie dos frases que pueden dejarla expuesta a pérdidas económicas.

8 de julio de 2025, 1:04 a. m.
Delincuentes suplantan entidades oficiales para obtener dos datos críticos que pueden desencadenar extorsiones o fraudes bancarios.
Una llamada telefónica puede convertirse en la puerta de entrada para estafas si se revelan dos expresiones clave que comprometen la seguridad. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Los fraudes telefónicos siguen siendo una de las formas más frecuentes de engaño en la actualidad. A través de llamadas que aparentan ser legítimas, los estafadores logran que muchas personas entreguen información confidencial sin sospecharlo.

Este tipo de delito se basa en la suplantación de identidad: los delincuentes se hacen pasar por representantes de bancos, entidades del Estado o empresas reconocidas para ganar la confianza de la víctima.

Una vez establecida la conversación, buscan obtener datos clave para acceder a cuentas bancarias, suplantar identidades o realizar operaciones no autorizadas. Por eso, es esencial saber qué información jamás debe compartirse durante una llamada.

Las palabras que pueden poner en riesgo su seguridad

En el contexto de estas llamadas fraudulentas, existen dos expresiones que nunca deben ser reveladas bajo ninguna circunstancia:

  • El número secreto o PIN de la tarjeta bancaria.
  • Códigos de verificación enviados al celular o correo electrónico.

Aunque parezcan datos aislados, estas dos piezas de información son suficientes para que los delincuentes tomen el control de cuentas personales.

El PIN permite realizar retiros en cajeros automáticos, pagos en datáfonos y autorizar transacciones. En manos equivocadas, puede significar el vaciado total de una cuenta.

Identifican a sus víctimas mediante técnicas telefónicas antes de aplicar la estafa.
Un error común en llamadas fraudulentas es revelar información sensible, especialmente dos elementos que los delincuentes usan para robar. | Foto: Getty Images

Por otro lado, los códigos de verificación son enviados por los sistemas bancarios y plataformas digitales como medida de seguridad adicional.

Si una persona los comparte en una llamada sospechosa, ese segundo nivel de protección queda completamente anulado.

El estafador, con estos datos en su poder, puede cambiar contraseñas, acceder a plataformas financieras o hacer compras en línea en cuestión de minutos.

Puntos clave para evitar caer en la trampa

Para protegerse de estos delitos, es importante seguir una serie de recomendaciones simples, pero efectivas:

  • Recordar que ninguna entidad bancaria ni institución estatal legítima solicita contraseñas, códigos o números de verificación por llamada telefónica es fundamental. Estas prácticas no forman parte de los protocolos de seguridad oficiales.
Un rendimiento inestable en apps puede revertirse con actualizaciones o ajustes del sistema.
Compartir ciertos códigos o claves durante una llamada puede facilitar el acceso no autorizado a cuentas y plataformas digitales. | Foto: Getty Images
  • Desconfiar de llamadas que generan presión, urgencia o miedo, como supuestos bloqueos de cuentas, vencimientos inminentes o amenazas legales. Este tipo de tácticas busca provocar reacciones impulsivas.
  • Colgar de inmediato y comunicarse directamente con la entidad que supuestamente está llamando, a través de sus canales oficiales. Nunca está de más confirmar si realmente existe una solicitud o alerta pendiente.
  • No abrir enlaces enviados por mensajes de texto o correo electrónico, especialmente si provienen de números desconocidos. Estos enlaces pueden dirigir a sitios falsos que roban información al ingresar datos personales.
  • Activar notificaciones de seguridad en aplicaciones bancarias, como alertas por movimientos, cambios de contraseña o inicio de sesión. Esto permite detectar actividades sospechosas a tiempo.
  • Revisar frecuentemente los movimientos de sus cuentas, para identificar operaciones que no se reconozcan y reportarlas de inmediato. Una acción rápida puede frenar el daño antes de que avance.

Recordar que ningún banco ni institución oficial solicita datos sensibles por teléfono puede ayudar a frenar estas prácticas delictivas. La mejor protección comienza por decir “no” a la entrega de información privada.