Tecnología
El aparato eléctrico de la cocina que consume hasta 5 veces menos agua al lavar platos; también disminuye el consumo de energía
Ciertos electrodomésticos pueden generar un alto consumo de agua y energía, lo que se traduce en un aumento significativo en las facturas si no se usan de manera eficiente.

A la hora de lavar los platos, muchos hogares se dividen entre quienes prefieren hacerlo a mano y quienes apuestan por la comodidad del lavavajillas. Pero más allá de las preferencias personales, ¿qué opción resulta más económica y eficiente?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un estudio comparativo que resuelve esta duda con datos concretos y deja una conclusión clara: el lavavajillas gana en casi todos los aspectos.

¿Qué gasta más: lavar a mano o usar el lavavajillas?
Según la OCU, fregar los platos con lavavajillas no solo ahorra tiempo y trabajo, sino también dinero. Aunque la inversión inicial en el electrodoméstico y en productos específicos es mayor, el ahorro en agua caliente y energía lo compensa con creces. De hecho, lavar los platos a mano puede suponer hasta cinco veces más gasto de agua, además de un mayor consumo energético si se utiliza un calentador eléctrico.
La clave está en el tipo de hogar. Para familias de tres o más personas, el lavavajillas resulta siempre más rentable. Incluso en viviendas con dos personas, el ahorro es notable si el agua se calienta con electricidad.
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Además, utilizar el programa eco del aparato puede reducir aún más el consumo energético, mientras que el prelavado a mano no solo no es necesario, sino que anula los beneficios de ahorro.
Ventajas económicas, higiénicas y prácticas
El estudio de la OCU también señala que el coste por lavado en el lavavajillas puede rondar los 14 céntimos, incluyendo el precio de amortización del aparato, frente a los 45 céntimos que puede costar lavar a mano si se usa agua caliente. Además, el gasto en detergentes es muy ajustable.

A todo esto se suman beneficios higiénicos y prácticos. El lavavajillas alcanza temperaturas más altas que el lavado manual, lo que garantiza una mayor eliminación de bacterias, y al tener la vajilla dentro del aparato, se evita el desorden visual del fregadero lleno. También reduce el desgaste de la piel y el uso de guantes al no estar expuesto constantemente a agua y productos agresivos.
¿Qué debe evitar para no perder el ahorro?
Desde la OCU recomiendan no enjuagar los platos antes de meterlos al lavavajillas y utilizar un buen detergente que evite que se peguen los restos. Además, hay que evitar programas intensivos innecesarios que pueden incrementar el coste hasta en un 60 %. Optar por el programa eco y colocar correctamente la vajilla son pasos clave para maximizar el ahorro.
En definitiva, si quiere ahorrar tiempo, agua, energía y dinero, y además mantener su cocina más limpia y ordenada, el lavavajillas es el mejor aliado, especialmente en hogares de varios miembros. Eso sí, con cabeza: no debería abusar de los ciclos intensivos, escoger bien el detergente y olvidarse del prelavado manual.
*Con información de Europa Press.