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El protector solar ‘casero’ que salvó la vida de los antepasados hace 41 mil años
Hace 41.000 años, los Homo sapiens habrían usado ocre como protector solar natural para sobrevivir a la radiación solar.

Los Homo sapiens, nuestros ancestros, se enfrentaron a un desafío que podría haber sellado su destino como especie.
Un fenómeno natural de gran magnitud hace unos 41.000 años, conocido como el “evento de Laschamps”, puso a prueba su resistencia ante una radiación solar letal.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Michigan revela cómo un protector solar prehistórico, junto con otras estrategias, fue clave para su supervivencia.
El evento de Laschamps: un cambio drástico en el campo magnético terrestre
El evento de Laschamps, ocurrido hace más de 40.000 años, se caracterizó por una inversión geomagnética, un fenómeno en el que los polos magnéticos de la Tierra cambiaron de posición.
Este evento debilitó el campo magnético terrestre, reduciendo su intensidad a tan solo el 10% de su fuerza actual, y alteró significativamente la protección natural que este escudo ofrece frente a la radiación solar.

Como consecuencia, una gran parte del planeta quedó expuesta a niveles elevados de radiación ultravioleta, lo que representaba un grave peligro para la vida.
El investigador Agnit Mukhopadhyay, de la Universidad de Michigan, señala que este fenómeno fue temporal, pero su duración de aproximadamente 2.000 años tuvo un impacto profundo en las especies que habitaron la Tierra en ese periodo.
Mientras algunas especies no sobrevivieron, los Homo sapiens lograron resistir, gracias en parte a estrategias de protección contra los efectos dañinos de la radiación.
La clave de la supervivencia: la crema solar prehistórica y otras herramientas
Un factor que ayudó a los Homo sapiens a resistir esta radiación solar letal fue la utilización de herramientas primitivas.
El estudio sugiere que la aplicación de ocre, un pigmento mineral utilizado por los ancestros humanos, jugó un papel esencial como protector solar natural.
Tal como rescata National Geographic: “Existe evidencia arqueológica que muestra que nuestros antepasados se confeccionaban ropa a medida con punzones y agujas, y utilizaban un pigmento llamado ocre con mayor frecuencia de lo habitual”.

Además, los Homo sapiens recurrían a la ropa confeccionada a mano y a la protección de las cuevas para minimizar el impacto de la radiación.
Raven Garvey, coautora del estudio y también investigadora en la Universidad de Michigan, explica que, aunque el ocre se usaba con varios fines, su empleo como barrera contra los efectos solares es una de las hipótesis más interesantes planteadas en el estudio.
Los pigmentos naturales contenían compuestos que probablemente ofrecieron cierta protección frente a la radiación, lo que habría sido fundamental para la supervivencia de la especie en un entorno hostil.