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Este es el ‘punto ciego’ de la nevera que a menudo descuida y que podría generar un problema de higiene en su cocina
Existe un espacio en la nevera que, por su ubicación, suele olvidarse y representa un riesgo para la seguridad alimentaria.

En la rutina diaria, el refrigerador es uno de los electrodomésticos más utilizados y esenciales en cualquier hogar. Su función principal es conservar la frescura de los alimentos, retrasar su descomposición y evitar la proliferación de bacterias.
Sin embargo, en medio de esta labor constante, hay zonas del interior que suelen pasar desapercibidas para el usuario y que por su ubicación o uso, requieren más cuidado del que habitualmente se les da. Un ejemplo claro es el estante ubicado justo encima del cajón inferior, un ‘punto ciego’ que pese a su importancia, suele recibir poca atención.
El área más fría del refrigerador
Este estante, situado en la parte baja pero no dentro del cajón, mantiene una temperatura más baja que el resto del interior. Por esta razón, es el espacio más adecuado para almacenar alimentos de alta perecibilidad, como carnes crudas y pescados sin cocinar.
Gracias a las condiciones de frío, estos productos pueden mantenerse frescos por más tiempo que si se guardaran en otras partes del refrigerador.

Además, este lugar es perfecto para colocar alimentos que están en proceso de descongelación. Aunque siempre es aconsejable que se ubiquen dentro de recipientes o bandejas que recojan cualquier líquido, hacerlo en esta zona minimiza el riesgo de contaminación cruzada con otros productos. Esto es fundamental, ya que los jugos que desprenden carnes y pescados crudos pueden contener bacterias peligrosas para la salud.
Recomendaciones para evitar riesgos de higiene
Para mantener este área libre de problemas, es indispensable adoptar ciertos hábitos de limpieza y organización. Lo primero es higienizar el estante con regularidad, utilizando un paño limpio y soluciones aptas para uso alimentario, con el fin de eliminar restos de líquidos o partículas de comida.
También es importante revisar frecuentemente el estado de los alimentos almacenados allí, prestando especial atención a las fechas de consumo preferente. Consumirlos en el menor tiempo posible es clave para evitar que su deterioro afecte a otros productos.

Al colocar carnes o pescados, lo ideal es emplear bandejas cerradas o envolturas herméticas que eviten el contacto directo con el aire y reduzcan la propagación de bacterias.
Una correcta distribución del interior del refrigerador no solo prolonga la vida útil de la comida, sino que también contribuye a prevenir problemas de salud en el hogar. En definitiva, prestar atención a este ‘punto ciego’ puede marcar la diferencia entre una cocina segura y una que, sin saberlo, alberga riesgos invisibles.