Tecnología

Este viejo aparato eléctrico que tiene en su casa estaría triplicando el consumo de energía sin que lo perciba

Identificarlo y considerar su reemplazo no es solo una cuestión de modernización, sino una decisión clave para reducir el consumo.

Valentina Castañeda Sierra

Valentina Castañeda Sierra

Periodista en Semana

20 de julio de 2025, 11:13 p. m.
Los electrodomésticos muy viejos pueden no ser tan eficientes.
Los electrodomésticos muy viejos pueden no ser tan eficientes. | Foto: Getty Images

Ahorrar dinero es una prioridad para muchas familias, y una de las formas más efectivas de lograrlo es optimizando el uso de los electrodomésticos. Un mal manejo de estos aparatos puede disparar la factura eléctrica, generando un impacto significativo en el presupuesto del hogar.

Pese a que algunos dispositivos cuentan con tecnología de bajo consumo, su uso inadecuado puede anular esa eficiencia. Dejarlos encendidos durante largos periodos sin que estén en uso, mantenerlos conectados mientras la vivienda está deshabitada o no seguir las recomendaciones del fabricante no solo eleva el consumo eléctrico, sino que también puede reducir la vida útil del aparato.

Otro aspecto relevante, y que a menudo pasa desapercibido, es la antigüedad de los electrodomésticos. Aquellos que ya acumulan varios años de uso suelen carecer de tecnologías modernas de ahorro energético, por lo que su eficiencia está considerablemente por debajo de los estándares actuales. Esto se agrava si el equipo se utiliza con frecuencia o permanece constantemente conectado.

Los electrodomésticos muy antiguos no cuentan con la suficiente eficiencia energética.
Los electrodomésticos muy antiguos no cuentan con la suficiente eficiencia energética. | Foto: Getty Images

De acuerdo con análisis realizados mediante inteligencia artificial, incluso si un aparato antiguo parece funcionar “perfectamente”, podría estar triplicando el consumo de energía sin que sus propietarios sean conscientes de ello. Este sobreconsumo representa un gasto innecesario que se refleja mensualmente en la factura del servicio eléctrico.

Uno de los principales sospechosos en este escenario es la nevera. Los modelos fabricados hace más de 15 años no cuentan con los sistemas actuales de regulación del consumo eléctrico. En términos prácticos, conservar uno de estos equipos equivale a tener varias bombillas de alto voltaje encendidas todo el día.

Pero el problema no se limita al refrigerador. Equipos como calentadores eléctricos de agua, aires acondicionados, lavadoras y microondas de generaciones pasadas también figuran entre los denominados “ladrones de energía silenciosos”. Estos dispositivos fueron diseñados en épocas en las que la eficiencia energética no era una prioridad, lo que se traduce en componentes internos con altos requerimientos eléctricos.

Lo más preocupante es que muchos de estos aparatos no presentan fallas visibles, por lo que los usuarios no perciben el problema. Sin embargo, su impacto se manifiesta en el sistema eléctrico del hogar. Por ejemplo, una lavadora antigua puede consumir más del doble de energía que un modelo moderno con certificación de bajo consumo, además de requerir más agua para operar.

Un consumo alto de energía puede afectar las finanzas del hogar.
Un consumo alto de energía puede afectar las finanzas del hogar. | Foto: Getty Images

¿Qué hacer con los aparatos eléctricos antiguos?

  • Evaluar su reparación o actualización: En algunos casos, el problema puede radicar en una pieza específica y no en todo el equipo. Sin embargo, si se trata de un modelo obsoleto, lo más conveniente es considerar su reemplazo.
  • Reemplazarlo por un modelo eficiente: Adquirir un electrodoméstico con certificación energética puede representar un ahorro considerable a mediano y largo plazo.
  • Reducir su uso: Si no es posible cambiar el aparato de inmediato, se recomienda limitar su uso a situaciones indispensables. Además, es fundamental desconectarlo cuando no esté en funcionamiento.
  • Consultar planes de renovación o canje: Algunas tiendas especializadas, marcas fabricantes e incluso empresas de servicios públicos ofrecen planes de canje o renovación. Estos programas permiten entregar el equipo viejo a cambio de un descuento en la compra de uno nuevo.

Detectar a tiempo el impacto de estos electrodomésticos y tomar decisiones informadas puede traducirse en un ahorro significativo y en un uso más responsable de la energía en el hogar.