Física

Físicos hacen realidad el “violín más pequeño del mundo” de Bob Esponja

Un violín microscópico, basado en la serie Bob Esponja, fue construido por científicos del Reino Unido.

6 de junio de 2025, 12:53 a. m.
Una expresión popular que se burla de las quejas exageradas sirvió como punto de partida para un desarrollo pionero en ingeniería a escala nanométrica.
El “violín más pequeño del mundo” dejó de ser una metáfora visual para convertirse en una estructura real gracias al trabajo de físicos experimentales. | Foto: Universidad de Loughborough - Nickelodeon

En uno de los episodios más recordados de Bob Esponja, Calamardo se lamenta con Don Cangrejo, asegurando que será visto como un fracasado.

La respuesta del avaro personaje marcó la cultura popular: “Pobrecito… déjame tocar una canción triste para ti en el violín más pequeño del mundo”, dice mientras saca un minúsculo violín imaginario entre sus dedos.

Aunque en la serie se trataba de una burla, científicos británicos decidieron convertir esa ironía en un hecho tangible.

El violín más pequeño del mundo versión completa

De la caricatura al laboratorio: la hazaña de los científicos

Investigadores de la Universidad de Loughborough, en el Reino Unido, han desarrollado un violín que cabe en el ancho de un cabello humano.

Fabricado con platino y empleando tecnologías de nanolitografía de vanguardia, el objeto mide apenas 35 micras de largo por 13 micras de ancho.

Para entender su escala, un cabello humano puede variar entre 17 y 180 micras de grosor, mientras que criaturas microscópicas como los tardígrados miden entre 50 y 1200 micras.

La famosa burla de Don Cangrejo en Bob Esponja inspiró un avance en nanotecnología.
Un violín microscópico, con un tamaño similar al grosor de un cabello. Las imágenes fueron tomadas mediante el microscopio digital Keyence VHX-7000N. | Foto: Universidad de Loughborough

Más allá del guiño humorístico, el proyecto buscaba demostrar la precisión de los nuevos equipos nanotecnológicos de la universidad, que permiten manipular estructuras casi invisibles. Este avance no solo representa un logro visual, sino que también abre camino para explorar nuevos materiales aplicables en el desarrollo de tecnología informática de próxima generación.

Se necesitan aproximadamente tres horas para crear un violín utilizando el sistema de nanolitografía, aunque la versión final del equipo tomó varios meses mientras refinaban y probaban diferentes técnicas”, señala la Universidad de Loughborough.

Tecnología de precisión: así nació el violín

El proceso comenzó con el recubrimiento de un microchip mediante dos capas de una resina especial.

Making of the World’s Smallest Violin – You Won’t Believe the Size! 🎻
  • Bajo la supervisión del profesor Kelly Morrison, con el apoyo de la Dra. Naëmi Leo y el Dr. Arthur Coveney, se utilizó el sistema NanoFrazor, una herramienta con una punta caliente capaz de “dibujar” sobre la superficie con extrema precisión. Así se grabó el diseño del violín.
  • Luego, la resina fue tratada para crear una cavidad en forma del instrumento.
  • Posteriormente, se aplicó una fina capa de platino y se eliminó el exceso de material mediante un enjuague con acetona.

Todo el procedimiento se realizó en un entorno hermético, con brazos mecánicos que trasladaron el chip entre cámaras interconectadas, garantizando condiciones libres de polvo y humedad.

Un gesto irónico convertido en objeto de estudio

Aunque la creación del violín podría relacionarse con momentos divertidos de la serie de Bob Esponja, es importante entender que como asegura el profesor Morrison, el proceso implicó conocimientos avanzados y dejó importantes bases para investigaciones futuras.

El instrumento a escala microscópica también funciona como un símbolo de cómo la ciencia puede nutrirse de la cultura popular para transmitir su alcance de manera accesible.

Lo que fue sátira en televisión, hoy es un logro científico sin precedentes.
El diminuto instrumento mide menos que el diámetro de un cabello humano, siendo visible solo con tecnología especializada. | Foto: Universidad de Loughborough violin

La frase que inspiró el proyecto tiene décadas de historia.

Se cree que la expresión apareció por primera vez en televisión en la década de 1970, popularizada por el programa M*A*S*H, y ha permanecido como parte de la cultura pop gracias a apariciones en programas más recientes como Bob Esponja, así como a un análisis profundo de su origen por parte de ClassicFM", resaltó la Universidad de Loughborough.

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