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“Herederos de la fortuna”: así es la sofisticada modalidad de estafa con la que estarían ‘vaciando’ cuentas bancarias

La facilidad para llevarse a cabo este engaño ha permitido que se mantenga vigente y sea cada vez más sofisticado.

Redacción Tecnología
4 de diciembre de 2024
Así funciona la estafa del cupón en Airbnb: esto es lo que pide el anfitrión para engañar.
Así funciona la estafa en redes sociales de la persona que busca un heredero a quien dejar su fortuna. | Foto: Getty Images

Las redes sociales se han convertido en un espacio para socializar, informarse e incluso encontrar oportunidades inesperadas. Con el tiempo, plataformas como Facebook, WhatsApp, Instagram y X (anteriormente Twitter) comenzaron a ganar popularidad en diferentes partes del mundo debido a su capacidad para mantener a las personas conectadas, sin importar la distancia.

Sin embargo, las personas deben tener precaución con el uso de estas aplicaciones porque, no todo lo que brilla es oro. De hecho, uno de los fraudes más recientes y peligrosos que circula por estas redes sociales es el llamado “timo del heredero”, la cual promete enormes fortunas a cambio de pequeñas acciones que, en realidad, conducen a la pérdida de dinero y datos personales. Esta estafa no solo afecta a nivel nacional, sino también a otros países, como España.

El esquema comienza con un mensaje, un correo electrónico o una publicación en redes sociales que parece genuino. El remitente se presenta como una persona acaudalada, generalmente de edad avanzada o gravemente enferma, que no tiene herederos directos. En su mensaje, asegura que está buscando alguien digno de confianza para legarle su fortuna, bajo el pretexto de querer asegurarse de que su riqueza sea utilizada para el bien común o causas benéficas.

Ciberdelincuentes emplean técnicas de ingeniería social para engañar a los usuarios.
Ciberdelincuentes emplean técnicas de ingeniería social para engañar a los usuarios. | Foto: Getty Images

Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), este engaño, también llamado “la carta nigeriana”, se hace efectivo una vez los delincuentes entablan una relación con la víctima. La idea es que la persona afectada vaya aportando sumas de dinero por supuestos gastos en la gestión de la “herencia”.

A primera vista, la oferta puede parecer ridículamente buena para ser verdad. Sin embargo, los estafadores suelen usar un lenguaje formal, documentos falsificados y hasta supuestas certificaciones legales para hacer que el timo parezca legítimo. Una vez que la víctima muestra interés, los estafadores solicitan datos personales o copias de documentos de identidad para supuestos trámites bancarios.

Los teléfonos celulares son el blanco de ataque de los ciberdelincuentes.
Los teléfonos celulares son el blanco de ataque de los ciberdelincuentes. | Foto: Getty Images

El fraude se concreta cuando la víctima entrega información sensible o realiza transferencias de dinero, esperando una recompensa que nunca llega. En algunos casos, los delincuentes continúan extorsionando a sus víctimas, amenazándolas con usar sus datos personales para dañar su reputación. Por ello, la Policía Nacional como la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) alertan sobre la proliferación de perfiles falsos en redes sociales.

Aunque cualquiera puede ser víctima, este tipo de estafa suele apuntar a personas vulnerables o desconocedoras de los mecanismos de fraude en línea. Los adultos mayores, que a menudo confían más en las interacciones digitales, son un objetivo frecuente. También se ha observado que las personas que enfrentan dificultades económicas o que están buscando ingresos extras son más propensas a caer en este tipo de trampas.

Sin duda, las redes sociales se han convertido en el canal preferido de los estafadores, ya que permiten segmentar sus mensajes de manera precisa. Por ejemplo, pueden identificar usuarios que muestran interés en temas como ayuda humanitaria o negocios, para hacer que su propuesta parezca aún más creíble.

Lo que muchas víctimas desconocen es que al proporcionar información personal, están permitiendo que los delincuentes cometan otros delitos, como la suplantación de identidad, el fraude bancario o la venta de datos en mercados clandestinos.