Tecnología
Inteligencia artificial predijo el año exacto en que el dinero en efectivo dejaría de existir
La desaparición del dinero en efectivo es una posibilidad que se está materializando rápidamente en economías avanzadas.
La cuestión de cuándo desaparecerá el dinero en efectivo es uno de los grandes interrogantes del siglo XXI. Con el avance de la tecnología y el creciente uso de métodos de pago digitales, es cada vez más evidente que el dinero en efectivo está perdiendo terreno. Pero, ¿cuál es la fecha estimada para su desaparición y por qué será reemplazado? La inteligencia artificial exploró estos temas en detalle.
El dinero en efectivo sigue siendo una parte importante de la economía global, especialmente en transacciones pequeñas y en países donde la infraestructura digital es limitada. Sin embargo, las tendencias actuales sugieren que su uso está en declive, pues se predice que podría desaparecer casi por completo en las próximas dos o tres décadas.
Aunque es difícil predecir una fecha exacta para la desaparición total del dinero en efectivo, hay varios factores que pueden influir en el ritmo de este cambio. En economías avanzadas, como las de Europa Occidental, América del Norte y partes de Asia, es plausible que se vea una reducción significativa en el uso del efectivo en las próximas dos décadas. En países como Suecia, la eliminación del efectivo podría ocurrir antes de 2040, dado el ritmo acelerado de la digitalización en estos lugares.
En contraste, en economías emergentes y en desarrollo, la transición será más lenta. En estas regiones, la infraestructura digital aún está en proceso de expansión, y la dependencia del efectivo sigue siendo alta. En estos contextos, el efectivo podría seguir siendo relevante durante varias décadas, con una posible desaparición a mediados del siglo XXI.
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¿Por qué razón el dinero en efectivo podría ser reemplazado?
- Los pagos digitales ofrecen una conveniencia sin igual. Las transacciones electrónicas se realizan de manera instantánea y no requieren el manejo físico de dinero, lo que simplifica las compras y los pagos. Además, los pagos móviles y las tarjetas permiten realizar transacciones sin contacto, lo cual es especialmente útil en tiempos de pandemia y para minimizar el riesgo de contagios.
- El dinero en efectivo puede ser perdido o robado fácilmente, lo que representa un riesgo considerable. Las transacciones electrónicas, en cambio, están protegidas por medidas de seguridad avanzadas, como la autenticación multifactor y la encriptación de datos. Estas tecnologías reducen el riesgo de fraude y pérdida, ofreciendo una mayor protección para los consumidores.
- Los pagos digitales permiten un seguimiento más fácil de las transacciones y ayudan a combatir el crimen financiero, el lavado de dinero y la evasión fiscal. Los gobiernos y las instituciones financieras tienen un mayor control sobre las transacciones electrónicas, lo que facilita la regulación y la supervisión del sistema financiero.
- Las nuevas generaciones, que han crecido con la tecnología digital, muestran una clara preferencia por los métodos de pago electrónicos. Estos consumidores valoran la rapidez y la simplicidad de los pagos digitales, lo que está impulsando la disminución del uso del efectivo.
Aunque la transición hacia un sistema sin efectivo ofrece muchas ventajas, también presenta desafíos significativos. La inclusión financiera es una de las principales preocupaciones. En muchas áreas, especialmente en regiones rurales y comunidades desfavorecidas, el acceso a la tecnología necesaria para realizar pagos digitales sigue siendo limitado. Para que la transición sea exitosa, es crucial garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a las herramientas y la educación necesarias.
Además, la privacidad es otro aspecto a considerar. Las transacciones digitales pueden ser rastreadas, lo que plantea preocupaciones sobre la vigilancia y la protección de los datos personales.
La desaparición del dinero en efectivo es una posibilidad que se está materializando rápidamente en economías avanzadas, con una transición completa que podría ocurrir en las próximas dos o tres décadas. La conveniencia, seguridad y eficiencia de los métodos de pago digitales están impulsando esta transformación. Sin embargo, para asegurar una transición equitativa y eficiente, es esencial abordar los desafíos relacionados con la inclusión financiera y la privacidad.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.