Tecnología
La configuración que debe hacer en la batería su teléfono celular para que no siga funcionando lento
La lentitud del celular no siempre se debe a la edad, sino a una configuración en la batería.


Cuando un celular empieza a fallar, lo primero que se suele pensar es que la edad ha comenzado a pasarle factura. La percepción general es que, con los años, los dispositivos pierden rendimiento de manera inevitable.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la lentitud no tiene relación directa con lo “viejo” del teléfono celular, sino con configuraciones internas que limitan la capacidad del procesador para ahorrar energía.
Ese ajuste automático del sistema produce situaciones incómodas: las aplicaciones tardan más de lo normal en abrir, el teclado puede congelarse y realizar varias acciones al mismo tiempo se vuelve un desafío. Lo que muchos interpretan como un celular obsoleto, en realidad, es consecuencia de restricciones que se activan en segundo plano sin que el usuario sea consciente.
El ajuste que libera el rendimiento oculto
El verdadero origen del problema está en las configuraciones de ahorro energético. De acuerdo con el portal especializado Fayerwayer, funciones como ‘Modo de ahorro de energía’, ‘Optimización de batería’ o ‘Modo de rendimiento’ reducen la capacidad de la CPU con el propósito de extender la duración de la carga. Aunque cumplen su cometido, lo hacen a costa de la velocidad del dispositivo.
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La clave consiste en revisar estas opciones en el menú de configuración y desactivar los modos restrictivos o activar el ‘modo de alto rendimiento’, si está disponible.

Con ello, el procesador puede operar a plena potencia y el sistema operativo recupera fluidez. Esto implica un mayor consumo de batería, pero la mejora en la rapidez de las aplicaciones compensa el gasto adicional. En otras palabras, se trata de equilibrar autonomía con potencia.
Recomendaciones para mejorar la velocidad del celular
Además del cambio en el apartado energético, existen prácticas sencillas que ayudan a prolongar el buen funcionamiento del teléfono:

- Eliminar aplicaciones que no se utilizan: así se evita el consumo de recursos en segundo plano.
- Mantener el software actualizado: las versiones recientes suelen corregir errores y optimizar procesos.
- Reiniciar el dispositivo periódicamente: al hacerlo, se liberan procesos que saturan la memoria.
- Dejar espacio libre en el almacenamiento: cuando la memoria está casi llena, el rendimiento cae notablemente.
En conclusión, un celular lento no siempre significa que llegó al final de su vida útil. Ajustar la configuración adecuada y mantener hábitos de cuidado puede devolverle la velocidad perdida, retrasando la necesidad de comprar un nuevo dispositivo.