Tecnología
La forma más sencilla y práctica de mantener los electrodomésticos ocultos en la cocina sin afectar su funcionamiento
Cada vez más personas buscan formas de ocultar los electrodomésticos sin sacrificar la funcionalidad ni la comodidad.
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Es habitual que en muchas cocinas los electrodomésticos terminen adueñándose de las encimeras. Microondas, tostadoras, cafeteras, robots de cocina, freidoras de aire o batidoras comparten un espacio que deja cada vez menos margen para preparar los alimentos. El resultado es doble: falta de superficie útil y una sensación constante de desorden, incluso cuando la cocina está perfectamente limpia.
Esa percepción responde a lo que los interioristas llaman ruido visual: un exceso de objetos, colores y cables que rompe la armonía del conjunto. Esta saturación no solo afecta la estética, sino también la sensación de amplitud y descanso visual. En una encimera despejada, la mirada fluye; en una llena de aparatos, el ambiente se percibe más pequeño y caótico. Por eso, cada vez más personas buscan maneras de mantener los electrodomésticos ocultos sin sacrificar la funcionalidad diaria.
La buena noticia es que existen soluciones para todo tipo de hogares. Desde muebles diseñados para esconder los aparatos sin desconectarlos, hasta trucos sencillos que funcionan en pisos pequeños o viviendas de alquiler, mantener el orden visual en la cocina es posible con un poco de planificación.

Soluciones con muebles o integración
En cocinas amplias o reformas recientes, lo ideal es apostar por electrodomésticos integrados o panelados, cuyas puertas se mimetizan con el mobiliario. Neveras, lavavajillas, hornos y microondas pueden pasar desapercibidos si comparten el mismo acabado que los armarios. Así, la cocina gana uniformidad y la vista se libera de contrastes.
Para los aparatos pequeños —como tostadoras, cafeteras o licuadoras—, una excelente alternativa son los muebles con persiana o puertas escamoteables, que permiten ocultarlos cuando no se usan y mantenerlos conectados para acceder a ellos fácilmente. También resultan muy prácticas las columnas con estantes deslizables o los armarios con doble fondo, que almacenan los electrodomésticos sin ocupar espacio en la encimera.
Otra solución muy usada por los diseñadores de interiores consiste en ocultar zonas completas de trabajo detrás de puertas correderas o plegables. Al cerrarlas, la cocina recupera una apariencia ordenada y uniforme. Estas opciones suelen requerir obra o mobiliario a medida, pero son las que mejor resuelven el problema del ruido visual a largo plazo.
Ideas para espacios pequeños o viviendas de alquiler
Cuando no es posible reformar ni instalar nuevos armarios, también se puede lograr una cocina más calmada visualmente con recursos simples y reversibles. El primer paso es guardar los electrodomésticos en armarios o cajones cuando no se usan; muchas veces basta con reorganizar el interior para hacerles espacio.

En encimeras pequeñas, conviene agrupar los aparatos en cestas, bandejas o cajas decorativas. Este gesto sencillo genera orden visual, ya que la mirada percibe un solo bloque en lugar de varios objetos dispersos. Otra alternativa es aprovechar el espacio vertical, instalando baldas de esquina, ganchos o pequeños estantes flotantes para colocar electrodomésticos ligeros sin saturar la superficie de trabajo.
Quienes viven de alquiler pueden optar por organizadores sin taladros, cestas colgantes o adhesivas, que se mueven fácilmente sin dañar el mobiliario. También es recomendable elegir electrodomésticos de diseño sencillo o tonos neutros, similares al color de los muebles, para que se integren mejor en el conjunto. Y, si el espacio lo permite, mantener solo los aparatos de uso diario a la vista y guardar el resto fuera del campo visual.
*Con información de Europa Press.








