Ciencia

La impresionante ‘ciudad’ que alberga una telaraña gigante, así fue descubierta por los investigadores

En una cueva entre Grecia y Albania se descubrió una red de seda que alberga miles de arañas en un ecosistema único.

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David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

9 de noviembre de 2025, 6:50 p. m.
Una red de seda de más de cien metros cuadrados sorprendió a los investigadores por su magnitud.
Científicos hallaron bajo tierra una colonia de más de cien mil arañas viviendo en completa oscuridad. | Foto: Urák et al., Subterr. Biol., 2025

En un rincón oculto del planeta, entre las montañas que dividen Grecia y Albania, un grupo de científicos encontró una vasta red de seda que cubre más de cien metros cuadrados y contiene a más de 111.000 arañas.

Esta ciudad de seda que parece salida de película se encuentra dentro de la llamada Cueva del Azufre, un ecosistema tan extremo como también misterioso.

Un mundo oculto donde reina la oscuridad

La cueva, calurosa y cargada de gases sulfurosos, de acuerdo con los investigadores, ofrece condiciones que parecerían imposibles para la vida, sin embargo, bajo la atmósfera tóxica y su oscuridad, las arañas han formado una comunidad gigantesca que se adapta perfectamente.

Lo que más sorprendió a los investigadores no fue solo la cantidad de arañas, sino la compleja organización del ecosistema que las sostiene.

A diferencia de las arañas que dependen de insectos provenientes del exterior, esta colonia sobrevive gracias a una cadena alimentaria completamente subterránea.

“Las biopelículas microbianas oxidantes de azufre se transfirieron a través de larvas y adultos de quironómidos a niveles tróficos superiores”, señala la investigación.

Los científicos confirmaron que las arañas de la cueva evolucionaron para adaptarse al entorno extremo.
Este hallazgo reveló una cadena alimentaria que no depende del sol, sino de bacterias subterráneas. | Foto: Urák et al., Subterr. Biol., 2025

Esto quiere decir que en la cueva existen microbios que viven sobre las rocas o el agua y ‘oxidan el azufre’, es decir, usan compuestos de azufre como fuente de energía para sobrevivir. Estos microbios forman una especie de capa o película viscosa llamada biopelícula (algo parecido a una capa delgada o gelatina en las superficies).

Luego las larvas y los adultos de quironómidos (que son pequeños insectos parecidos a mosquitos) se alimentan de esas biopelículas microbianas y a su vez, esas larvas e insectos sirven de alimento para las arañas.

En otras palabras, la vida dentro de la cueva no necesita de la luz solar: prospera gracias a las reacciones químicas que ocurren en las rocas y el agua cargadas de azufre.

Una colonia que desafía lo conocido

El equipo que documentó el fenómeno, y cuyos resultados fueron publicados en la revista Subterranean Biology, determinó que esta telaraña colectiva de más de cien metros cuadrados es tan extensa que, según ironizó el medio IFL Science, es “lo bastante amplia como para atrapar una ballena”.

En esta ‘ciudad’ conviven principalmente dos especies: “compuesta por aproximadamente 69 000 individuos de Tegenaria domestica (Agelenidae) y más de 42 000 de Prinerigone vagans (Linyphiidae)”, ambas son comunes en ambientes domésticos, confirma la investigación.

Los análisis mostraron que estas arañas ‘evolucionaron’ para adaptarse en el entorno subterráneo, algo que explicaría el por qué crearon una red colectiva, ya que nunca antes se había visto en sus especies.

Incluso se detectaron diferencias en su reproducción y en la diversidad microbiana de sus organismos, indicios de que la vida bajo tierra sigue caminos inesperados para sobrevivir.