Tecnología
La mala práctica al limpiar la pantalla del portátil que puede causar daños irreparables
El polvo y la suciedad acumulados pueden, con el tiempo, dañar la pantalla o los componentes internos del computador si no se limpian correctamente.

La pantalla del computador constituye uno de los componentes más relevantes de dicho dispositivo electrónico, pues actúa como la interfaz primordial a través de la cual el usuario interactúa con la máquina. No obstante, con el uso constante, es común que se acumulen polvo, huellas dactilares, manchas y otras impurezas que, además de afectar la estética, pueden influir en su rendimiento. La limpieza adecuada de este componente no solo favorece la visibilidad, sino que también contribuye a prolongar su vida útil.
¿Con qué frecuencia debe limpiarse la pantalla?
La frecuencia con la que se debe realizar la limpieza de la pantalla depende de diversos factores, tales como el entorno en el que se utiliza el dispositivo y el tipo de uso que se le dispensa. En términos generales, se recomienda efectuarla una vez por semana si el dispositivo se utiliza de manera regular, o con mayor frecuencia si se observa la acumulación de huellas dactilares o polvo.
Es fundamental no esperar a que la pantalla presente suciedad visible para llevar a cabo la limpieza. Un mantenimiento frecuente previene la acumulación excesiva de suciedad, lo que facilita un aseo más eficiente y menos invasivo. Además, hacerlo puede prevenir daños a largo plazo derivados del desgaste de la superficie.

¿Por qué no se debe aplicar el líquido directamente sobre la pantalla?
Uno de los errores más comunes al limpiar la pantalla del computador es la aplicación directa del líquido limpiador sobre la superficie. Esta práctica puede dañar el dispositivo de manera irreversible, ya que el producto puede filtrarse por los bordes y penetrar en las capas internas del panel, lo cual podría generar fallos en el funcionamiento de los píxeles o afectar el sistema interno.
El contacto directo con líquidos también incrementa el riesgo de que se generen manchas o decoloraciones en la pantalla. Por este motivo, es esencial evitar que el producto entre en contacto directo con la superficie del dispositivo. En su lugar, se recomienda rociarlo sobre un paño de microfibra limpio y suave, y posteriormente limpiar la pantalla con movimientos suaves y circulares.
Otras malas prácticas que pueden dañar el PC
Además de la incorrecta aplicación de líquidos, existen otras prácticas inadecuadas que pueden dañar el equipo durante el proceso de limpieza. Una de las más comunes es el uso de paños ásperos o materiales que puedan rayar la superficie de la pantalla, como toallas de papel, servilletas o trapos sucios. Asimismo, aplicar demasiada presión puede dañar los componentes internos del equipo y deformar la pantalla, lo que podría generar fallos en la visualización. Es recomendable aplicar una presión ligera y asegurarse de que el paño esté seco o ligeramente humedecido, para evitar daños.

Adicionalmente, el uso de productos agresivos, como limpiadores que contienen amoníaco, alcohol o productos abrasivos, puede resultar sumamente perjudicial para las pantallas. Estos productos pueden corroer el revestimiento, alterando tanto su color como su textura.
Realizar el mantenimiento de manera regular y siguiendo las prácticas recomendadas contribuirá a prevenir daños a largo plazo, mejorando, a su vez, la experiencia del usuario. Un adecuado cuidado del dispositivo no solo optimiza su funcionamiento, sino que también favorece su higiene y conservación en buen estado.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.