Tecnología
La nueva modalidad de estafa en la que delincuentes usarían fotos tomadas de Google Maps para despojar cuentas bancarias
Los piratas informáticos se aprovechan de populares aplicaciones de navegación para engañar a los usuarios.
La tecnología ha transformado la vida de las personas en diversos aspectos, facilitando, por ejemplo, la comunicación de manera sencilla y efectiva, el acceso a la información y la optimización del tiempo en las tareas cotidianas, entre otros muchos beneficios. Sin embargo, también ha planteado nuevos retos en términos de seguridad, ya que individuos sin escrúpulos emplean estas herramientas para cometer delitos informáticos, como hackeos, fraudes y estafas.
En este contexto, los ciberdelincuentes han ideado diversas estrategias para robar datos personales, los cuales venden en sitios de internet e incluso en la dark web, donde hay personas dispuestas a pagar por ellos con fines ilícitos que afectan la integridad de las víctimas.
A diario, emergen nuevas modalidades de estafa, muchas de ellas a través de plataformas reconocidas que los usuarios suelen utilizar en su vida diaria. Esto hace que sea más sencillo engañar a las personas y atraparlas en fraudes peligrosos. En esta ocasión, los delincuentes están utilizando de manera indebida Google Maps, la popular aplicación de navegación en tiempo real, para extorsionar a las personas y obtener grandes sumas de dinero.
Esta modalidad de estafa fue alertada por medios internacionales como Computer Hoy, que explicó en su página web que los ciberdelincuentes envían correos electrónicos con mensajes amenazantes, tales como “sabemos dónde vives”. En estos mensajes, se incluye una captura de pantalla de la casa o lugar de trabajo de la víctima, obtenida directamente desde la plataforma de Street View de Google Maps.
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El mensaje resulta alarmante para los destinatarios, ya que al abrir el correo, se encuentran con detalles personales que el atacante ha logrado recopilar, como la dirección, el número de teléfono y el nombre completo. Esta información se utiliza como una estrategia de manipulación emocional, diseñada para generar miedo y presionar a la víctima a pagar la cantidad de dinero solicitada. Este tipo de manipulación se conoce como ingeniería social, en la que la clave es influir en las emociones de la persona para lograr sus objetivos.
Kaspersky, una empresa especializada en ciberseguridad, define la ingeniería social como una técnica de manipulación que aprovecha el error humano para obtener información privada, acceso a sistemas o a objetos de valor. En el contexto de los delitos cibernéticos, las estafas basadas en ingeniería social, también conocidas como “hackeo de humanos”, buscan que los usuarios desprevenidos expongan datos, propaguen infecciones de malware o proporcionen acceso a sistemas restringidos. Estos ataques pueden ocurrir tanto en línea como en persona, a través de diversas interacciones.
Según la misma fuente, el objetivo de los ciberdelincuentes en este tipo de extorsiones es obtener entre 500 y 2.000 euros de las víctimas. Además, los delincuentes están perfeccionando cada vez más sus métodos, incluyendo el envío de códigos QR en los correos electrónicos para facilitar el pago. Esto genera una presión adicional sobre la víctima, que, en su afán por resolver rápidamente la situación, no tiene tiempo de reflexionar ni tomar decisiones sensatas.
“Las estafas basadas en la ingeniería social se fundamentan en cómo las personas piensan y actúan. Por ello, los ataques de ingeniería social son extremadamente efectivos para manipular el comportamiento de los usuarios”, afirman los expertos.
Es crucial, en estos casos, mantener la calma y no actuar impulsivamente. Tomar decisiones precipitadas puede llevar a cometer errores, como ceder ante las demandas de los estafadores.