La peligrosa táctica que delincuentes utilizan para hackear cuentas de WhatsApp en menos de 30 minutos

Las estafas a través de Internet son una de las principales preocupaciones actuales para millones de usuarios, quienes deben mantenerse en constante alerta para proteger sus datos personales y bancarios. El objetivo es evitar que caigan en manos de ciberdelincuentes que podrían utilizarlos para llevar a cabo delitos informáticos.

Uno de los mayores temores es que los ciberdelincuentes han perfeccionado sus métodos para no ser detectados, empleando, entre otras tácticas, la manipulación emocional. En muchos casos, recurren al miedo para presionar a las víctimas, quienes, sintiéndose comprometidas, no ven otra salida que seguir las instrucciones de los atacantes.

Las aplicaciones de mensajería son, sin duda, una de las plataformas más afectadas por estas tácticas. WhatsApp, con más de 2.000 millones de usuarios activos en todo el mundo, es uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes. Si bien esta herramienta de comunicación es ampliamente utilizada tanto en el ámbito personal como profesional debido a su versatilidad y amplio catálogo de funciones, incluyendo notas de voz, texto, llamadas, videollamadas y el envío de archivos multimedia, su popularidad también la convierte en un blanco atractivo para los atacantes.

El uso de WhatsApp ha traído consigo importantes riesgos de seguridad. Al ser una plataforma en la que se maneja una gran cantidad de información confidencial, se convierte en un objetivo privilegiado para los delincuentes. Estos, a menudo, recurren a métodos como el phishing, el malware y la suplantación de identidad para intentar obtener acceso a las cuentas de los usuarios. Sin embargo, en la actualidad, los ciberdelincuentes emplean técnicas más sofisticadas para vulnerar cualquier sistema de seguridad que se interponga en su camino.

¿Qué es un ataque de fuerza bruta y cómo se utiliza para robar cuentas de WhatsApp?

Es importante destacar que la privacidad y la protección de los datos personales son prioridades para WhatsApp, lo que ha llevado a la empresa a mejorar constantemente sus sistemas de seguridad para mitigar los riesgos. No obstante, los ataques de fuerza bruta representan una amenaza considerable. A través de esta técnica, los ciberdelincuentes logran sortear las barreras de seguridad y acceder a las cuentas de los usuarios en cuestión de minutos.

Según Kaspersky, los ataques de fuerza bruta consisten en un método de prueba y error, en el que los hackers intentan adivinar las claves de acceso o encontrar vulnerabilidades en las páginas web. “Estos ataques se realizan mediante intentos forzosos excesivos, con el objetivo de ‘forzar’ el acceso a las cuentas privadas”, explican desde la empresa de ciberseguridad.

En este contexto, los piratas informáticos pueden crear aplicaciones maliciosas que logran hackear las claves de acceso, adaptándose a fechas y horas variables. Con solo conocer el número de teléfono de la víctima, los ciberdelincuentes pueden obtener acceso remoto a los mensajes de WhatsApp, las llamadas y los archivos compartidos, lo que les permite robar datos personales, suplantar identidades y perpetuar estafas en nombre de la víctima.

Aunque ningún sistema es completamente infalible, WhatsApp ha implementado medidas de seguridad clave, como el cifrado de extremo a extremo, la verificación en dos pasos y actualizaciones regulares, con el fin de proteger la privacidad y la seguridad de sus usuarios frente a los ataques. Sin embargo, la responsabilidad también recae sobre los propios usuarios, quienes deben seguir buenas prácticas de seguridad, como no compartir códigos PIN y ser cautelosos con los enlaces sospechosos que puedan recibir.