Tecnología
La temida modalidad de engaño que emplean los estafadores para desocupar cuentas bancarias durante compras online
Las amenazas cibernéticas son una problemática que va en aumento.
La ciberdelincuencia se ha convertido en una problemática global que, impulsada por la tecnología, ha logrado expandirse rápidamente, sin distinguir entre géneros, edades o nacionalidades. Su alcance afecta a cualquier persona que navegue por internet, convirtiéndola en una víctima potencial.
Los métodos utilizados por los ciberdelincuentes son diversos, pero la mayoría de ellos se enfoca en técnicas de ingeniería social. Estas buscan manipular psicológicamente a los internautas, con el fin de que, bajo presión o temor, tomen decisiones que beneficien exclusivamente a los hackers.
Según Kaspersky, “la ingeniería social es una técnica de manipulación que explota el error humano para obtener información privada, acceso a sistemas u objetos de valor. En el caso del cibercrimen, estas estafas, conocidas como ‘hackeo de humanos’, inducen a los usuarios desprevenidos a exponer datos, propagar infecciones de malware o dar acceso a sistemas restringidos”.
A medida que estas tácticas se conocen, los ciberdelincuentes las perfeccionan para evitar ser detectados, haciendo su “trabajo” más eficiente. En este contexto, uno de los canales más aprovechados por los piratas informáticos para vaciar cuentas bancarias son las compras en línea.
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Ciberdelincuentes y estafas en compras por internet
La compra en línea ha demostrado ser un terreno fértil para los ciberdelincuentes, dado que ofrece el anonimato necesario para operar sin la posibilidad de enfrentarse a las autoridades o realizar transacciones físicas. Además, la red permite acceder a un mercado global, ampliando el número de posibles víctimas.
Desde sitios web falsificados hasta anuncios fraudulentos en plataformas de compra, los delincuentes pueden llegar a miles o incluso millones de personas, lo que aumenta considerablemente las probabilidades de éxito en sus intentos. Esta cobertura global también les brinda la capacidad de disfrazar sus actividades y evadir la justicia.
Recientemente, medios internacionales como Computer Hoy han alertado sobre una nueva estafa que está ganando popularidad en otros países, y que podría expandirse a otras regiones en cuestión de días. En esta ocasión, los criminales han encontrado una forma de explotar el símbolo de candado de seguridad en los sitios web durante las compras en línea.
Este candado, que normalmente indica si una página es segura, ya no garantiza protección. Los ciberdelincuentes imitan a la perfección los comercios electrónicos legítimos, adquiriendo certificados SSL auténticos para que sus sitios muestren el candado de seguridad y así generar confianza en los compradores.
Este fenómeno preocupa tanto a los usuarios como a las autoridades y expertos en ciberseguridad, ya que enfrentar a los hackers puede resultar complicado. No obstante, con prácticas de prevención, los usuarios pueden mitigar el riesgo de caer en estas trampas.
- Verificar que la dirección del sitio web comience con “https://” en lugar de “http://”. La “s” indica que el sitio está cifrado y protegido.
- Investigar al comerciante o sitio en línea. Consultar opiniones y calificaciones de otros usuarios.
- Los sitios legítimos suelen mostrar certificados de seguridad visibles, como el candado junto a la URL en la barra de direcciones del navegador.
- Evitar realizar transferencias directas a cuentas bancarias, ya que no ofrecen protección en caso de fraude.
- Si el precio de un artículo es significativamente más bajo que en otras tiendas legítimas, es posible que se trate de una estafa.
- Muchos fraudes se basan en la urgencia, presentando ofertas limitadas que presionan a los usuarios a tomar decisiones rápidas. Siempre es recomendable tomarse el tiempo necesario para investigar antes de efectuar una compra.
- Proporcionar solo la información estrictamente necesaria para realizar la compra. No compartir datos sensibles, como el número de seguridad social, a menos que sea absolutamente necesario.
Estas precauciones, junto con una mayor conciencia de las amenazas cibernéticas, son fundamentales para evitar caer en las trampas de los ciberdelincuentes.