Tecnología
Las palabras que nunca debería usar en sus contraseñas porque podría ser víctima de un hackeo masivo
Aunque el robo de una contraseña puede resultar alarmante, una respuesta rápida puede mitigar significativamente las consecuencias.


En un contexto marcado por el vertiginoso avance de la tecnología, los métodos utilizados por los ciberdelincuentes para obtener información personal y datos sensibles también se vuelven cada vez más sofisticados. Estos atacantes se aprovechan de las vulnerabilidades presentes en dispositivos como teléfonos móviles o computadores, lo que convierte a las contraseñas en un elemento fundamental para la seguridad digital. Ignorar su importancia puede acarrear consecuencias graves.
No basta con establecer una contraseña cualquiera para garantizar la seguridad de las cuentas digitales. Cuanto más simple y corta sea una clave, más fácil resulta para los criminales informáticos aplicar técnicas como los ataques de fuerza bruta o de diccionario, dirigidas a descifrarla y obtener acceso a sistemas, redes sociales y otros servicios.
Ante este panorama, expertos en ciberseguridad insisten en la necesidad de adoptar buenos hábitos digitales. Su objetivo no es solo proteger la identidad del usuario, sino también la de su entorno familiar y social, potencialmente expuesto a estos delitos informáticos.

En ese sentido, los especialistas advierten que el uso de secuencias simples en las contraseñas —tanto de números como de letras— no es recomendable. De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), una contraseña segura debe tener entre 8 y 10 caracteres como mínimo, y debe incluir una combinación de letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Además, se debe evitar el uso de información personal como nombres o fechas de nacimiento, ya que estos datos pueden encontrarse fácilmente en internet.
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El uso exclusivo de letras también representa un riesgo, porque muchas personas optan por palabras comunes como “password”, “hola” o “qwerty”. Estas son particularmente vulnerables a los ataques de diccionario, donde los atacantes utilizan bases de datos automatizadas con millones de términos frecuentes. Incluso las palabras menos comunes no están exentas de ser descubiertas mediante este método.
Por esta razón, se recomienda evitar el uso de palabras del diccionario o claves formadas únicamente por letras. Muchas plataformas y organizaciones exigen actualmente contraseñas robustas que incluyan diferentes tipos de caracteres, precisamente como medida de protección ante estas amenazas. Esta no es una exigencia arbitraria, sino una estrategia de seguridad destinada a salvaguardar la integridad de los sistemas y la información del usuario.
Uno de los errores más frecuentes al crear contraseñas es la adopción de patrones predecibles o combinaciones fáciles de recordar como “abc123” o “111111”. Aunque resultan convenientes, estos patrones son bien conocidos por los ciberdelincuentes, que los incorporan sistemáticamente en sus ataques.

Qué hacer si una contraseña ha sido comprometida
En caso de que una contraseña haya sido hackeada, es crucial actuar de inmediato:
- Cambiar la contraseña comprometida: Si aún se tiene acceso a la cuenta, lo primero es modificar la clave desde la configuración de seguridad.
- Actualizar las contraseñas de cuentas vinculadas: Los ciberdelincuentes suelen probar la misma contraseña en múltiples servicios asociados al mismo correo electrónico. Por ello, si la clave afectada se ha utilizado en otras cuentas —algo que debe evitarse—, estas también deben ser actualizadas con urgencia. Se debe prestar especial atención a:
- Habilitar la autenticación en dos pasos (2FA): Esta herramienta añade una capa adicional de seguridad, ya que incluso si un atacante obtiene la contraseña, no podrá acceder a la cuenta sin un segundo factor de verificación.
Aunque el robo de una contraseña puede resultar alarmante, una respuesta rápida puede mitigar significativamente las consecuencias.