Tecnología
Los mejores trucos para ahorrar energía durante el invierno y evitar pagar un dineral en la factura a fin de mes
Ahorrar energía durante el invierno es posible mediante pequeñas acciones cotidianas y decisiones inteligentes.


El aumento en el costo de la factura de energía eléctrica se ha convertido en una preocupación creciente para muchas familias, debido al impacto directo que puede generar en la economía del hogar. Este incremento suele estar relacionado, en parte, con el uso inadecuado de los electrodomésticos, como dejarlos encendidos durante largas horas o emplear modelos antiguos que no cumplen con los estándares actuales de eficiencia energética.
La situación tiende a agravarse durante los meses de invierno, cuando el descenso de las temperaturas obliga a incrementar el uso de sistemas de calefacción y otros equipos eléctricos. Aunque para algunos el frío pueda parecer un factor menor, lo cierto es que se trata de una condición externa que incide directamente en el consumo energético doméstico.
Pese a ello, existen diversas estrategias que permiten reducir el consumo sin comprometer el confort. Estas medidas no solo alivian el gasto económico, sino que también contribuyen a minimizar el impacto ambiental.

Según información publicada en el portal oficial del Departamento de Energía de los Estados Unidos, una de las recomendaciones más eficaces consiste en aislar las ventanas para evitar corrientes de aire. Para ello, se sugiere cubrir el marco con una lámina de plástico transparente resistente, o adherir una película plástica al interior del marco utilizando cinta adhesiva, asegurándose de que el sellado sea hermético.
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Otro aspecto clave es la regulación de la temperatura. En hogares que utilizan bombas de calor, se aconseja mantener una configuración moderada o recurrir a un termostato programable diseñado específicamente para estos sistemas. Asimismo, reducir la temperatura del termostato durante la noche o en momentos en que no hay nadie en casa puede generar un ahorro de hasta un 10 % anual en calefacción y aire acondicionado.
El mantenimiento preventivo de los sistemas de calefacción también resulta fundamental. Calderas, radiadores y bombas de calor deben someterse a revisiones periódicas para asegurar su correcto funcionamiento y eficiencia energética.
Durante la temporada invernal, aumenta el uso de electrodomésticos como secadoras o estufas eléctricas. Para optimizar el consumo, se recomienda optar por equipos con clasificación energética A o superior, además de promover un uso responsable. Secar la ropa al aire libre cuando las condiciones lo permitan y desconectar los aparatos que no estén en uso son prácticas sencillas que pueden marcar una diferencia.

En cuanto al calentador de agua, uno de los dispositivos que mayor energía consume en invierno, se aconseja revisar su configuración. Muchos están programados a temperaturas demasiado elevadas, lo que implica un gasto innecesario.
Ajustarlo a una temperatura de entre 50 y 55 °C resulta suficiente para garantizar las necesidades de higiene y confort, además de evitar riesgos por quemaduras y prolongar la vida útil del equipo.
Finalmente, fomentar una cultura de ahorro energético en el entorno familiar es esencial. Acciones cotidianas como apagar las luces al salir de una habitación, cerrar puertas para conservar el calor en espacios específicos o reducir el tiempo de las duchas con agua caliente pueden tener un impacto considerable a largo plazo.
Ahorrar energía en el hogar durante el invierno no solo representa un beneficio económico, sino también un compromiso con el medio ambiente. La implementación de medidas sencillas y hábitos responsables permite disfrutar de un hogar cálido y confortable, sin recurrir al derroche energético.