Tecnología
No hacer esto al terminar de navegar por internet, aumenta significativamente el riesgo de ser víctima de una estafa
El compromiso con la seguridad digital contribuye a frenar el accionar de quienes encuentran en la red un terreno fértil para delinquir.


En la actualidad, los ciberdelincuentes desarrollan métodos cada vez más sofisticados para pasar desapercibidos en el entorno digital y, de esta manera, sustraer información personal de millones de usuarios. Dicha información es utilizada con fines ilícitos como estafas, fraudes, extorsiones o, en muchos casos, comercializada en mercados ilegales como la dark web.
Aunque se trata de una problemática presente desde hace varios años, su incidencia ha aumentado de forma significativa en tiempos recientes. El avance acelerado de la tecnología ha facilitado que estos criminales operen bajo total anonimato, ocultos tras pantallas que no revelan ni rostro ni identidad.
Frente a este panorama, la prevención se posiciona como la principal herramienta para evitar ser víctima de un ataque cibernético. Expertos en seguridad digital recomiendan adoptar medidas básicas que permiten mitigar los riesgos y disminuir el impacto de una posible vulneración de datos.

Uno de los errores más frecuentes entre los internautas es la exposición inadvertida de información personal. Cada interacción en línea —como iniciar sesión en un sitio web, llenar un formulario, participar en sorteos o publicar en redes sociales— deja una huella digital. Aunque parezca complejo proteger estos datos, existen acciones sencillas que pueden marcar la diferencia.
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Fallas comunes que comprometen la seguridad en línea
Entre las conductas más riesgosas destaca el no cerrar sesión en dispositivos ajenos o de uso compartido. Si bien el acceso rápido y constante a las cuentas personales se ha convertido en una necesidad diaria, esta comodidad puede convertirse en una vulnerabilidad si no se toman precauciones básicas.
Cuando un usuario no cierra sesión, cualquier persona que utilice ese dispositivo posteriormente puede acceder a su correo electrónico, redes sociales, cuentas bancarias u otros servicios personales. Esto podría derivar en el robo de identidad, la pérdida de datos o el uso malicioso de las cuentas comprometidas.
En tales casos, un intruso podría modificar contraseñas, alterar los mecanismos de recuperación de cuenta o suplantar la identidad del usuario mediante mensajes y publicaciones. La recuperación del control sobre la cuenta puede tornarse compleja e, incluso, inalcanzable.

El riesgo se amplifica en entornos como bibliotecas, cibercafés, colegios, universidades u oficinas, donde los computadores son compartidos. Estos equipos pueden guardar contraseñas automáticamente, mantener sesiones abiertas o, en el peor de los casos, estar infectados con programas espía diseñados para capturar información sensible.
Recomendaciones básicas de seguridad digital
Para reducir la exposición a estos riesgos, los especialistas sugieren adoptar las siguientes medidas:
- Cerrar siempre la sesión al finalizar el uso de un dispositivo que no sea personal.
- Evitar guardar contraseñas en navegadores instalados en equipos compartidos.
- Activar la autenticación en dos pasos siempre que sea posible.
- Borrar el historial de navegación y las cookies tras utilizar computadoras públicas.
- Revisar periódicamente las sesiones activas en las cuentas personales y cerrar aquellas que resulten sospechosas.
El compromiso con la seguridad digital no solo protege la privacidad individual, sino que también contribuye a frenar el accionar de quienes encuentran en la red un terreno fértil para delinquir.