Tecnología
Papa Francisco hizo alarmante advertencia sobre el uso excesivo del celular: “Es una droga”
En varios de sus discursos, el Santo Padre advirtió sobre las posibles consecuencias de no utilizar la tecnología de manera responsable.

El pasado 21 de abril, el mundo recibió la triste noticia del fallecimiento del papa Francisco a los 88 años de edad, tras haber ejercido su pontificado durante 12 años y dejado una huella indeleble en la historia de la Iglesia.
Durante su liderazgo, el pontífice abordó en varias ocasiones los desafíos que enfrenta la humanidad en la era digital, en especial los peligros derivados del uso excesivo de los teléfonos inteligentes. Su mensaje fue claro y directo: la adicción a estos dispositivos puede alejar al ser humano de lo esencial, de aquello que realmente importa en la vida: las relaciones humanas, el contacto genuino con los demás y, en última instancia, la conexión con Dios.
Uno de los momentos en los que expresó estas preocupaciones fue en la celebración del 450 aniversario del nacimiento de San Luis Gonzaga. En esa ocasión, el papa advirtió a los jóvenes sobre la importancia de saber utilizar correctamente el celular y evitar caer en la dependencia de los mismos, a tal punto que los llegó a catalogar como una “droga”.

En varios de sus discursos, también destacó que, aunque los teléfonos móviles son una herramienta de comunicación fundamental en la vida diaria, es crucial usarlos de manera adecuada y solo para lo necesario. Si se convirtieran en una adicción, advirtió, las personas perderían su libertad.
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Si bien la tecnología tiene el potencial de acercar a las personas y facilitar la comunicación, también puede convertirse en un instrumento de aislamiento. En lugar de fomentar un diálogo auténtico y enriquecedor, las pantallas a menudo levantan barreras entre los individuos. Las interacciones digitales, impulsadas por la rapidez y la inmediatez, suelen ser superficiales, mientras que las relaciones humanas profundas requieren tiempo, paciencia y una atención genuina.
A pesar de sus advertencias, el Santo Padre no se mostró como un crítico absoluto de la tecnología. Reconoció las ventajas de los avances digitales, como su capacidad para conectar a las personas y proporcionar acceso a la información. Sin embargo, su mensaje era claro: la clave radica en hacer un uso consciente y equilibrado de la tecnología. Es necesario aprovechar sus beneficios sin caer en la trampa de la adicción.
Como líder espiritual, Francisco dejó un legado que subraya la importancia de encontrar momentos de paz y reflexión en medio del caos digital, enfocándose en lo esencial. Solo de esta manera, aseguró, es posible vivir una vida más plena, conectada y, en última instancia, más feliz.

Asimismo, durante la Jornada Mundial de la Paz de 2024, el hombre emitió un mensaje en el que subrayó la necesidad de abordar la inteligencia artificial de manera ética y responsable. Señaló que la IA no debe ser vista como un concepto único, sino como un conjunto amplio de tecnologías cuyo propósito es replicar las habilidades cognitivas humanas.
A pesar de los avances en este campo, destacó que estas herramientas no poseen la profundidad ni la complejidad de la humanidad. Por ello, deben ser entendidas como sistemas que operan en contextos tanto sociales como técnicos. Además, enfatizó que el verdadero impacto de la inteligencia artificial dependerá de quién la controle, cómo se desarrolle y con qué propósito se utilice.