Ser víctima de una estafa es una de las peores experiencias que puede atravesar una persona. En cuestión de minutos, todo el esfuerzo y el trabajo de meses —o incluso años— pueden quedar en manos de delincuentes. Esta situación no solo genera rabia, sino también frustración y tristeza, especialmente cuando no se logra identificar en qué momento el dinero desapareció de la cuenta bancaria.
Se trata de un problema que va en aumento. Los ciberdelincuentes se han vuelto cada vez más astutos y no dudan en poner en marcha múltiples métodos de engaño para que los usuarios caigan en sus trampas sin advertirlo a tiempo. La emoción, la curiosidad o el miedo suelen ser los principales detonantes que llevan a las personas a actuar de forma impulsiva, sin medir las consecuencias.
Una de las estafas que actualmente mantiene en alerta a muchas personas es la de los paquetes falsos. Aunque no se trata de un modus operandi nuevo, con el paso del tiempo ha sido perfeccionado y ha cobrado especial fuerza en la temporada navideña. Durante esta época, las compras en línea aumentan considerablemente y los envíos a domicilio se vuelven habituales, un escenario ideal para que los estafadores ejecuten la trampa.

Así funciona la entrega del paquete falso
Se le conoce brushing, una práctica engañosa utilizada principalmente en plataformas de comercio electrónico para manipular la reputación de productos y vendedores. Aunque a simple vista puede parecer inofensiva, esta técnica es considerada una forma de fraude digital y puede exponer a los consumidores a riesgos mayores, como el uso indebido de sus datos personales.

“Para llevar a cabo esta estafa, los vendedores sin escrúpulos compran bases de datos filtradas con información personal, después registran nuevas cuentas en marketplace usando los nombres y las direcciones postales de las víctimas, pero con su propia dirección de correo electrónico y método de pago”, explican desde la empresa de ciberseguridad Kaspersky.
En muchos casos, el engaño se concreta a través de códigos QR incluidos en tarjetas o pegatinas que acompañan los paquetes. Estos códigos suelen prometer regalos, recompensas o la confirmación de una entrega, pero en realidad redirigen a sitios web maliciosos. Al escanearlos, las víctimas son inducidas a entregar datos de pago, claves bancarias o a instalar aplicaciones falsas que contienen malware.

Los expertos recomiendan no interactuar con el vendedor ni dejar reseñas del producto recibido. También aconsejan revisar los movimientos de las cuentas asociadas, cambiar contraseñas y reportar el caso directamente a la plataforma de comercio electrónico para que adopte las medidas correspondientes.
En la medida de lo posible, lo más prudente es no aceptar ni abrir este tipo de paquetes, con el fin de no darles ninguna oportunidad a los delincuentes.










