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Qué significa que una persona rechace siempre las muestras de cariño, según la inteligencia artificial
Un análisis arrojado por ChatGPT ayuda a entender cómo este comportamiento puede tener múltiples significados, relacionados con la personalidad, la historia personal y las experiencias emocionales previas.

En las interacciones humanas, las muestras de afecto —como abrazos, besos, caricias o incluso palabras amables— son vistas, en la mayoría de culturas, como expresiones naturales de cercanía y amor. Sin embargo, existen personas que, de manera constante, las evitan o las rechazan.
Esta conducta, lejos de ser siempre un signo de frialdad, puede tener raíces profundas relacionadas con la personalidad, experiencias pasadas o incluso factores culturales. La inteligencia artificial (IA) identificó que el rechazo constante a las muestras de cariño puede tener múltiples significados, relacionados con la personalidad, la historia personal y las experiencias emocionales previas.
Más allá de un simple gesto, esta conducta puede reflejar mecanismos de defensa, creencias internas o incluso necesidades no satisfechas. La IA aclara que no se trata de etiquetar a quien evita el afecto, sino de comprender que detrás de ese rechazo pueden existir razones profundamente enraizadas que merecen atención.
Posibles causas psicológicas detrás del rechazo al afecto
La IA señala que una de las razones más frecuentes para evitar el contacto físico o las demostraciones emocionales es la existencia de experiencias pasadas negativas. Esto incluye situaciones como relaciones familiares frías, vínculos sentimentales con carencia de afecto o incluso traumas derivados de abusos. Estas vivencias pueden provocar que una persona asocie el contacto afectivo con incomodidad, peligro o pérdida de control.
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Otra causa identificada es el apego evitativo, un patrón de relación en el que el individuo prioriza la autosuficiencia y percibe el afecto como una amenaza a su independencia. Según la IA, este tipo de apego suele formarse en la infancia, cuando las figuras cuidadoras no respondieron adecuadamente a las necesidades emocionales del menor, fomentando una distancia afectiva.
También puede influir la personalidad. Personas más introvertidas, reservadas o con tendencia a racionalizar las emociones suelen mostrarse menos abiertas a recibir cariño, no porque lo rechacen en su totalidad, sino porque prefieren expresarlo o recibirlo de maneras más sutiles, como mediante acciones prácticas o apoyo verbal.

Factores culturales y sociales que influyen en esta actitud
La inteligencia artificial advierte que no todas las causas son emocionales. El contexto cultural y social juega un papel clave. En algunas sociedades, el contacto físico frecuente —como abrazos o besos— no es parte de la norma social, lo que puede llevar a que ciertas personas vean estas demostraciones como excesivas o innecesarias.
En entornos familiares donde el afecto se expresa más a través de responsabilidades cumplidas o apoyo económico, las muestras físicas pueden considerarse inusuales. Así, alguien criado en un ambiente donde no se practicaban gestos de cariño puede sentir incomodidad cuando se le ofrecen, simplemente porque no forman parte de su lenguaje emocional habitual.
El entorno laboral y las dinámicas profesionales también influyen. En contextos donde el afecto físico no es apropiado, como oficinas o reuniones formales, la exposición constante a relaciones más distantes puede moldear la forma en que una persona reacciona incluso en su vida privada.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.