Ciencia

Regresó el “Arca de Noé” ruso, el cual buscaba identificar si la humanidad viene de otro planeta

Tras un mes en el espacio, la cápsula rusa volvió con organismos vivos que servirán para entender la vida fuera de la Tierra.

27 de septiembre de 2025, 1:36 a. m.
El “Arca de Noé” ruso completó con éxito su viaje orbital y abrió nuevas preguntas sobre la resistencia de la vida más allá de la Tierra.
Científicos recibieron el “Arca de Noé” espacial, cargado con ratones, moscas y microorganismos | Foto: Ivan Timoshenko/SNA/IMAGO

Tras un mes en órbita, el satélite ruso Bion-M n.º 2, apodado como el “Arca de Noé” por la peculiaridad de su cargamento, regresó a la Tierra el 19 de septiembre.

La cápsula, que había despegado el 20 de agosto desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajistán, aterrizó en las estepas de Orenburg con 75 ratones, más de 1.500 moscas de la fruta y distintos microorganismos, además de semillas y cultivos celulares.

La misión científica, desarrollada por Roscosmos y el Instituto de Problemas Biomédicos (IBMP) de la Academia de Ciencias de Rusia, reunió más de 30 experimentos con un doble propósito:

  1. Estudiar cómo afectan las condiciones espaciales a los organismos vivos.
  2. Poner a prueba la hipótesis de la panspermia, que se enfoca que si la vida en la Tierra podría haber llegado desde el espacio.

Una misión a 370 kilómetros de altura

Durante 30 días, el satélite orbitó a entre 370 y 380 kilómetros de altitud, en un entorno donde la radiación cósmica es un 30% superior que en la órbita terrestre baja, de acuerdo con información de Roscosmos y reportada por The National.

Este nivel de exposición resulta clave para anticipar los efectos a los que se podrían enfrentar organismos vivos en viajes espaciales más largos.

El satélite Bion-M nº 2, apodado “Arca de Noé”, volvió a la Tierra tras un mes en órbita con un cargamento biológico.
Conocido como “Arca de Noé”, el Bion-M nº 2 llevó a cabo más de 30 experimentos antes de regresar con éxito. | Foto: Oleg Voloshin/SNA/IMAGO

El regreso tuvo complicaciones, la cápsula mostró signos de quemaduras y provocó un pequeño incendio forestal que fue controlado de inmediato. Tres helicópteros con equipos técnicos intervinieron en el lugar para recuperar a los pasajeros biológicos y trasladarlos a una unidad médica móvil, donde comenzaron los análisis preliminares.

Hipótesis científico de la panspermia

Uno de los experimentos fue el nombrado “Meteorito”, citado por el portal Space, que buscaba comprobar si las bacterias podían sobrevivir a las condiciones de un viaje interplanetario.

Para ello, los investigadores colocaron rocas basálticas con cepas microbianas en el casco del satélite, simulando el trayecto de un fragmento planetario.

“Si entre las cepas investigadas se descubren bacterias supervivientes, esto será una prueba seria que confirme la teoría de la litopanspermia”, señaló Alexander Anatolyevich, investigador del IBMP, en declaraciones difundidas en Telegram y recogidas por Futurism.

Los ratones fueron protagonistas del “Arca de Noé” ruso, diseñado para analizar cómo afecta el entorno espacial a los seres vivos.
Diez de los 75 ratones enviados en la misión no sobrevivieron al regreso de la cápsula rusa. | Foto: Oleg Voloshin/SNA/IMAGO

Aunque aún no se conocen los resultados definitivos, el experimento abre la puerta a un interrogante: ¿podrían los microorganismos ser viajeros cósmicos que hayan sembrado vida en distintos planetas?

Más experimentos y un balance vital desigual

Además de la investigación sobre panspermia, la misión incluyó pruebas en diez áreas temáticas: desde fisiología gravitacional en animales hasta efectos del espacio en plantas y microorganismos, pasando por estudios tecnológicos y dosimetría de radiación.

El balance de supervivencia no fue perfecto, diez de los 75 ratones no resistieron el viaje de regreso, aunque no se dieron detalles sobre el estado de las moscas ni del resto de organismos.

*Con información de DW.