Tecnología
Si no le gustó el efecto transparente de iOS 26, oprimiendo este botón oculto en el menú puede revertirlo
Los usuarios pueden personalizar la interfaz según sus gustos y preferencias mediante diversas funciones de configuración.

El pasado 15 de septiembre Apple lanzó de manera oficial al público su nuevo sistema operativo, iOS 26, el cual está disponible en más de 20 modelos de iPhone, desde los más recientes hasta algunos de generaciones anteriores.
Como suele ocurrir con cada actualización de la compañía, la expectativa era alta y miles de usuarios en todo el mundo no tardaron en instalarlo para descubrir de primera mano las novedades y mejoras que trae consigo.
Una de las características más llamativas de esta versión es el diseño “Liquid Glass”, un estilo que apuesta por la transparencia dinámica y que transforma la interfaz de manera visualmente atractiva.
Según Apple, esta innovación busca darle mayor vitalidad a la navegación, los controles, los iconos de las aplicaciones, los widgets y otros elementos del sistema. La idea es que el contenido se convierta en el verdadero protagonista, mientras que la interfaz se adapta para resaltar lo esencial.

No obstante, este nuevo diseño no ha estado exento de debate. Mientras algunos usuarios disfrutan de la modernidad del aspecto translúcido, otros prefieren un estilo más sobrio y menos llamativo. Como ocurre con toda actualización, el periodo de adaptación es clave, y todavía son muchas las funciones que pasan desapercibidas o que no se aprovechan en su totalidad para personalizar el dispositivo.
Uno de los ajustes menos conocidos se encuentra en el menú de ‘Accesibilidad’. De acuerdo con el portal especializado Xataka, dentro de las opciones de configuración existe un botón llamado “Reducir transparencia”, diseñado para atenuar el efecto traslúcido y facilitar la visibilidad de menús y textos.
Para activarlo, basta con dirigirse a Ajustes > Accesibilidad > Pantalla y tamaño de texto. De esta manera, elementos como el Centro de Control o el panel de notificaciones —donde abundan textos pequeños y desplazamientos continuos— resultan más fáciles de leer.
Otra alternativa útil es activar la opción “Aumentar contraste”, que suaviza los brillos y genera un entorno visual más estable, especialmente en situaciones donde la lectura rápida es necesaria. La ventaja es que revertir cualquier cambio es muy sencillo: basta con desactivar los interruptores para volver al diseño original sin mayores complicaciones.

La personalización no termina ahí. Los widgets, por ejemplo, ofrecen nuevas posibilidades poco conocidas por la mayoría. Con solo mantener presionada la pantalla y hacer clic en ‘Editar’, los usuarios pueden elegir entre diferentes estilos como claro, oscuro, automático o teñido, experimentando con cada uno hasta encontrar la opción que mejor se ajuste a sus gustos.
No existe una manera correcta o incorrecta de aprovechar las nuevas funciones; lo importante es que cada usuario configure su dispositivo a su medida, logrando un equilibrio entre estética, accesibilidad y comodidad.