Tecnología
Si quiere evitar robos innecesarios de su computador, haga uso de este pequeño puerto para mantener su equipo seguro
Este conector, poco conocido, no mejora el rendimiento ni cumple la función de un puerto USB o de transferencia de datos, pero sí ofrece una importante medida de seguridad.

En tiempos donde la seguridad digital ocupa gran parte de las preocupaciones, la protección física de los dispositivos electrónicos suele quedar en un segundo plano. Sin embargo, la pérdida de un computador portátil no solo representa un golpe económico, sino también la posible exposición de información personal y laboral sensible.
Ante esta realidad, expertos recomiendan prestar atención a un elemento que muchos usuarios pasan por alto: el conector de seguridad Kensington. Este conector, poco conocido dentro del amplio panorama tecnológico, no aporta mejoras en el rendimiento ni funciona como un puerto USB o de transferencia de datos.
De acuerdo con el sitio web Computer Hoy, la verdadera función de este conector está ligada a la protección física del equipo, un aspecto que a menudo queda relegado frente a las múltiples medidas digitales de seguridad, pero que puede marcar una gran diferencia a la hora de prevenir robos.
En un entorno donde la seguridad digital acapara la mayoría de las preocupaciones, con usuarios centrados en reforzar contraseñas y blindar sus cuentas frente a amenazas en línea, a menudo se olvida un riesgo mucho más básico: el robo físico del propio dispositivo.

Esta situación puede derivar en graves consecuencias al exponer información sensible de manera inmediata. Durante años, muchos han considerado la ranura Kensington como un detalle secundario en los portátiles, casi anecdótico, pero en realidad constituye la primera línea de defensa frente a la pérdida del equipo y, con ello, de los datos personales que guarda.
¿Cómo utilizar el Kensington lock?
De acuerdo con el sitio web Hard Zone, El uso de un cable de seguridad con ranura Kensington no requiere conocimientos técnicos y se basa en un procedimiento bastante intuitivo. Lo primero es fijar el cable a un objeto sólido y estable, como una mesa anclada al suelo o un mueble que no pueda moverse con facilidad.
El diseño del cable, que suele terminar en un extremo redondeado, permite pasarlo por una superficie o espacio adecuado para crear un lazo resistente, de manera que el portátil o dispositivo quede atado a dicho punto fijo. Este sencillo paso ya constituye una primera barrera contra intentos de robo apresurados.
El siguiente movimiento consiste en insertar el cabezal del cable en la ranura Kensington del equipo. Según el tipo de mecanismo, el proceso puede variar: en los modelos con combinación suele bastar con presionar un botón para que el cierre interno se ancle; en cambio, en los que funcionan con llave, será necesario girarla para alinear las piezas internas y asegurar el anclaje. Una vez dentro, el sistema queda bloqueado con un giro interno que actúa como una flecha, evitando que pueda extraerse sin la acción correcta.

Gracias a esta combinación de diseño reforzado y materiales resistentes, el dispositivo —ya sea un portátil, un monitor o incluso un mini PC— queda firmemente sujeto al mobiliario. Para forzar este tipo de protección, se necesitarían herramientas especializadas como una cizalla, lo que hace mucho más complicado y evidente cualquier intento de robo.
En el mercado, se pueden encontrar desde opciones básicas y económicas hasta modelos de gama alta con mayores niveles de seguridad, de forma muy similar a lo que ocurre con los candados para bicicletas: todos cumplen con la función de proteger, pero algunos ofrecen mayor resistencia que otros.