TECNOLOGÍA
Siete trucos efectivos para ahorrar energía con la nevera y bajar el costo del recibo de la luz
Un uso ineficiente de este electrodoméstico puede traducirse en un aumento considerable del recibo.

La nevera es uno de los electrodomésticos que permanece encendido las 24 horas del día, por lo que representa un porcentaje importante del consumo eléctrico en el hogar o en establecimientos comerciales. Un uso ineficiente puede traducirse en un aumento considerable del recibo de luz. Por esta razón, aplicar buenas prácticas no solo contribuye al ahorro energético, sino que también prolonga la vida útil del equipo. A continuación, se presentan siete recomendaciones prácticas y efectivas:
1. Ajustar la temperatura a niveles óptimos
Una configuración adecuada de la temperatura permite que el equipo funcione de forma eficiente sin consumir energía innecesaria.
- Nevera: se recomienda mantenerla entre 3°C y 5°C.
- Congelador: debe mantenerse aproximadamente en -18°C. Temperaturas más bajas no mejoran la conservación de los alimentos, pero sí aumentan considerablemente el gasto energético.
2. Evitar abrir la puerta con frecuencia o por largos periodos
Cada vez que se abre la puerta de la nevera, ingresa aire caliente del ambiente, lo cual obliga al compresor a trabajar más para recuperar la temperatura interna. Se sugiere planificar lo que se va a retirar antes de abrir la puerta y cerrarla lo más rápido posible. Además, es conveniente evitar dejar la puerta entreabierta por descuido.
3. No sobrecargar ni dejar el refrigerador vacío
El exceso de productos en el interior puede impedir una circulación adecuada del aire frío, provocando un enfriamiento desigual y un mayor consumo eléctrico. Por otro lado, un refrigerador vacío pierde el frío más rápidamente cada vez que se abre la puerta. Lo ideal es mantenerlo con una carga moderada, aproximadamente entre el 70% y el 80% de su capacidad.
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4. Limpiar regularmente el condensador y revisar el sello de la puerta
El condensador, ubicado en la parte trasera o inferior del aparato, acumula polvo con el tiempo, lo que dificulta la disipación del calor y hace que el compresor funcione más tiempo. Se recomienda realizar una limpieza cada seis meses, utilizando un cepillo o una aspiradora. Asimismo, es importante revisar el estado del sello o empaque de la puerta. Si está suelto, sucio o agrietado, puede permitir fugas de aire frío, lo que incrementa el trabajo del motor.

5. No introducir alimentos calientes
Guardar alimentos aún calientes eleva la temperatura interna de la nevera, forzando el compresor a trabajar en exceso para enfriar nuevamente. Lo adecuado es esperar a que los alimentos alcancen la temperatura ambiente antes de almacenarlos. Esta práctica ayuda a mantener una temperatura interna más estable y reduce el esfuerzo energético del equipo.
6. Ubicar la nevera lejos de fuentes de calor
Es importante colocar el refrigerador en un lugar bien ventilado, alejado de la luz solar directa, estufas, hornos u otros aparatos que generen calor. Cuando el ambiente alrededor del refrigerador es más cálido, el motor necesita trabajar más para mantener la temperatura interna adecuada, lo que incrementa el consumo eléctrico. Además, debe asegurarse de que haya un espacio libre de al menos 10 cm entre la parte trasera del refrigerador y la pared, para facilitar una correcta ventilación.
7. Descongelar el congelador regularmente
En modelos que no cuentan con tecnología “No Frost”, es fundamental realizar descongelaciones periódicas. La acumulación de escarcha o hielo en las paredes del congelador actúa como un aislante térmico, haciendo más difícil el enfriamiento y forzando al compresor a trabajar más. Se recomienda descongelar el equipo cuando la capa de hielo supere los 5 mm de espesor.